¿Serán los Dodgers la próxima gran dinastía de MLB?

La astucia financiera y un sistema eficiente de desarrollo de prospectos podría convertir a los Dodgers en un imperio moderno, como lo fueron Yankees de los noventa o los Gigantes de la década de 2010.
Los Dodgers conquistaron este sábado su segunda Serie Mundial consecutiva
Los Dodgers conquistaron este sábado su segunda Serie Mundial consecutiva / Getty Images

El beisbol, en su esencia, es un deporte que suele resistirse a las hegemonías. Su estructura de 162 juegos en la temporada —más que cualquier otro deporte profesional— suele diluir supremacías y es casi imposible que un equipo, por dominante que parezca, pueda escapar de los caprichos del juego

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Pero la hazaña de los Dodgers de Los Ángeles, de conquistar este sábado 1 de noviembre sus segunda Serie Mundial consecutiva —2024 y 2025 — y materializar un proyecto ambicioso basado en el poderío económico y un sofistiado modelo de ingeniería financiera, los ha elevado al umbral de una dinastía moderna en MLB.

¿Será sostenible su hegemonía en las próximas temporadas? El equipo fue construido deliberadamente para este propósito.

La definición de una dinastía en el beisbol exige, más que ráfagas de brillantez, conseguir múltiples títulos —generalmente tres o más— en un lapso de 5 ó 6 años y hacerlo, además, con un núcleo de talento constante. Y para calibrar su potencial de longevidad, es imperativo confrontar a los Dodgers con los arquetipos de la dominación histórica. 

El paradigma de la dinastía moderna lo establecieron los Yankees de New York de 1996 al 2000, un equipo que cosechó 4 títulos del Clásico de Otoño en 5 temporadas, tres de ellas de forma consecutiva. La clave de su longevidad residió en un enfoque híbrido. El equipo desarrolló internamente un núcleo legendario conformado por Derek Jeter, Jorge Posada, Mariano Rivera y Andy Pettitte y lo complementaron con adquisiciones estratégicas, como David Wells y Roger Clemens

En el 2000, los Yankees de New York ganaron su tercera Serie Mundial consecutiva
En el 2000, los Yankees de New York ganaron su tercera Serie Mundial consecutiva / Getty Images

Los Dodgers replican esta dualidad con un gasto masivo en agentes libres de élite, pero sustentado por uno de los sistemas de desarrollo de talento más reputados de las Grandes Ligas. En el ranking de media temporada, MLB nombró el sistema de desarrollo de Ligas Menores de los angelinos como el mejor de las 30 organizaciones que conforman la liga.  

El equipo tiene la mejor colección de prospectos de jardineros del beisbol, con Josué De Paula, número 13 en el ranking de Pipeline, Zyhir Hope (20), Eduardo Quintero (34) y Mike Sirota (64), así como James Tibbs II y Ching-Hsien Ko, ambos adquiridos antes de la fecha límite de cambios. 

En contraste los Gigantes de San Francisco, que conquistaron tres Series Mundiales en 5 años —2010, 2012, 2014—, dependieron en gran medida de los picos de rendimiento de su staff de pitcheo en postemporada, ejemplificado, por supuesto, en las actuaciones de Madison Bumgarner y Tim Lincecum en 2014, ya que no ganaron su división en años consecutivos.

Maddison Bumgarner fue el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 2014, la tercera que los Giants conquistaron en 5 años.
Maddison Bumgarner fue el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 2014, la tercera que los Giants conquistaron en 5 años. / Getty Images

La diferencia fundamental es que los Dodgers, bajo la dirección de Andrew Friedman, buscan dominar sistemáticamente la División Oeste de la Liga Nacional durante la temporada regular, como lo demuestran sus últimos 12 títulos divisionales en los últimos 13 años. 

Sin embargo, el pilar más innovador para la sostenibilidad de los Dodgers es su sofisticada —y bastante criticada— estrategia de salarios diferidos, que les permite mitigar la penalidad inmediata del Impuesto de Balance Competitivo (CBT). 

El contrato de Shohei Ohtani es el manifiesto de esta ingeniería financiera. El equipo difirió $680 millones de los $700 millones totales y redujeron significativamente el Valor Anual Promedio (AAV) que cuenta para el CBT. El salario nominal de Ohtani es de $70 millones al año, pero su impacto fiscal anual es de apenas unos $46 millones de dólares. Esta diferencia —de aproximadamente $24 millones anuales— libera capital de nómina y le permite a la gerencia firmar a otras figuras de alto calibre como Yoshibonu Yamamoto —quien fue nombrado MVP de la Serie Mundial 2025—y mantiene una ventaja estructural que el impuesto de lujo fue diseñado, irónicamente, para prevenir. 

La estrategia fiscal garantiza que, durante el apogeo competitivo del núcleo de su lineup —Mookie Betts, Freddie Freeman y Shohei Ohtani— el equipo tendrá una profundidad y calidad superiores aunque esto implique comprometer masivamente la flexibilidad financiera de la franquicia en la próxima década —los pagos diferidos de los tres jugadores combinados superan los $857 millones de dólares a partir de 2033—.

El principal riesgo para los Dodgers en el camino a construir la próxima dinastía en MLB, podría ser la vulnerabilidad de su pitcheo. Su alta inversión en lanzadores de élite —el mismo Yamamoto y otros como Blake Snell, Tyler Glasnow— es inherentemente frágil con la correlación —ampliamente demostrada— entre velocidad, esfuerzo máximo y las temidas lesiones. 

Fuera de eso, el equipo es absolutamente dominante. El sistema de Ligas Menores sigue siendo un motor constante de talento a bajo costo. Prospectos ofensivos como el utility Alex Freeland o los jardineros De Paula y Hope, están proyectados para llegar a la MLB a partir de 2026, lo que garantiza que el roster pueda renovarse sin depender exclusivamente de los exorbitantes precios de la agencia libre

Los Dodgers hipotecaron parte de su flexibilidad futura para asegurar un dominio total en el presente, una estrategia que asegura una ventaja competitiva colosal y la altísima posibilidad de acumular más banderines en el horizonte

El beisbol, en su esencia, es un deporte que suele resistirse a las hegemonías. Su estructura de 162 juegos en la temporada —más que cualquier otro deporte profesional— suele diluir supremacías y es casi imposible que un equipo, por dominante que parezca, pueda escapar de los caprichos del juego

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Pero la hazaña de los Dodgers de Los Ángeles, de conquistar este sábado 1 de noviembre sus segunda Serie Mundial consecutiva —2024 y 2025 — y materializar un proyecto ambicioso basado en el poderío económico y un sofistiado modelo de ingeniería financiera, los ha elevado al umbral de una dinastía moderna en MLB.

¿Será sostenible su hegemonía en las próximas temporadas? El equipo fue construido deliberadamente para este propósito.

La definición de una dinastía en el beisbol exige, más que ráfagas de brillantez, conseguir múltiples títulos —generalmente tres o más— en un lapso de 5 ó 6 años y hacerlo, además, con un núcleo de talento constante. Y para calibrar su potencial de longevidad, es imperativo confrontar a los Dodgers con los arquetipos de la dominación histórica. 

El paradigma de la dinastía moderna lo establecieron los Yankees de New York de 1996 al 2000, un equipo que cosechó 4 títulos del Clásico de Otoño en 5 temporadas, tres de ellas de forma consecutiva. La clave de su longevidad residió en un enfoque híbrido. El equipo desarrolló internamente un núcleo legendario conformado por Derek Jeter, Jorge Posada, Mariano Rivera y Andy Pettitte y lo complementaron con adquisiciones estratégicas, como David Wells y Roger Clemens

En el año 2000, los Yankees ganaron el Clásico de Otoño por tercera ocasión consecutiva.
En el año 2000, los Yankees ganaron Clásico de Otoño por tercera ocasión consecutiva. / Getty Images

Los Dodgers replican esta dualidad con un gasto masivo en agentes libres de élite, pero sustentado por uno de los sistemas de desarrollo de talento más reputados de las Grandes Ligas. En el ranking de media temporada, MLB nombró el sistema de desarrollo de Ligas Menores de los angelinos como el mejor de las 30 organizaciones que conforman la liga.  

El equipo tiene la mejor colección de prospectos de jardineros del beisbol, con Josué De Paula, número 13 en el ranking de Pipeline, Zyhir Hope (20), Eduardo Quintero (34) y Mike Sirota (64), así como James Tibbs II y Ching-Hsien Ko, ambos adquiridos antes de la fecha límite de cambios. 

En contraste los Gigantes de San Francisco, que conquistaron tres Series Mundiales en 5 años —2010, 2012, 2014—, dependieron en gran medida de los picos de rendimiento de su staff de pitcheo en postemporada, ejemplificado, por supuesto, en las actuaciones de Madison Bumgarner y Tim Lincecum en 2014, ya que no ganaron su división en años consecutivos.

La diferencia fundamental es que los Dodgers, bajo la dirección de Andrew Friedman, buscan dominar sistemáticamente la División Oeste de la Liga Nacional durante la temporada regular, como lo demuestran sus últimos 12 títulos divisionales en los últimos 13 años. 

Sin embargo, el pilar más innovador para la sostenibilidad de los Dodgers es su sofisticada —y bastante criticada— estrategia de salarios diferidos, que les permite mitigar la penalidad inmediata del Impuesto de Balance Competitivo (CBT). 

El contrato de Shohei Ohtani es el manifiesto de esta ingeniería financiera. El equipo difirió $680 millones de los $700 millones totales y redujeron significativamente el Valor Anual Promedio (AAV) que cuenta para el CBT. El salario nominal de Ohtani es de $70 millones al año, pero su impacto fiscal anual es de apenas unos $46 millones de dólares. Esta diferencia —de aproximadamente $24 millones anuales— libera capital de nómina y le permite a la gerencia firmar a otras figuras de alto calibre como Yoshibonu Yamamoto —quien fue nombrado MVP de la Serie Mundial 2025—y mantiene una ventaja estructural que el impuesto de lujo fue diseñado, irónicamente, para prevenir. 

La estrategia fiscal garantiza que, durante el apogeo competitivo del núcleo de su lineup —Mookie Betts, Freddie Freeman y Shohei Ohtani— el equipo tendrá una profundidad y calidad superiores aunque esto implique comprometer masivamente la flexibilidad financiera de la franquicia en la próxima década —los pagos diferidos de los tres jugadores combinados superan los $857 millones de dólares a partir de 2033—.

El principal riesgo para los Dodgers en el camino a construir la próxima dinastía en MLB, podría ser la vulnerabilidad de su pitcheo. Su alta inversión en lanzadores de élite —el mismo Yamamoto y otros como Blake Snell, Tyler Glasnow— es inherentemente frágil con la correlación —ampliamente demostrada— entre velocidad, esfuerzo máximo y las temidas lesiones. 

Fuera de eso, el equipo es absolutamente dominante. El sistema de Ligas Menores sigue siendo un motor constante de talento a bajo costo. Prospectos ofensivos como el utility Alex Freeland o los jardineros De Paula y Hope, están proyectados para llegar a la MLB a partir de 2026, lo que garantiza que el roster pueda renovarse sin depender exclusivamente de los exorbitantes precios de la agencia libre

Los Dodgers hipotecaron parte de su flexibilidad futura para asegurar un dominio total en el presente, una estrategia que asegura una ventaja competitiva colosal y la altísima posibilidad de acumular más banderines en el horizonte


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Alejandra González Centeno
ALEJANDRA GONZÁLEZ CENTENO

Reportera y creadora de contenido en Sports Illustrated México.