Alegna González: cuando la mente gana antes que los pies

Alegna González transformó la duda, la lesión y el miedo en la mejor temporada de su carrera. Su fortaleza mental y su resiliencia la llevaron del límite a una histórica medalla mundial.
Alegna González ganó medalla de plata en marcha en el Mundial de Tokio.
Alegna González ganó medalla de plata en marcha en el Mundial de Tokio. / Hannah Peters/Getty Images

Alegna González ha aprendido a ganar medallas en la capacidad de resistir. Su primera medalla mundial ––una plata que México celebró con fuerza–– llegó después de tres quintos lugares olímpicos.

Su camino a esa medalla estuvo a punto de fracturarse. Una intoxicación estomacal la dejó fuera de los 35 kilómetros. Un golpe duro porque quería pelear por dos preseas. La enfermedad la debilitó tanto que llegó a dudar si podía competir en los 20 km. "Tenía miedo", admite al recordarlo.

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Alegna González ha logrado tres quintos lugares olímpicos.
Alegna González ha logrado tres quintos lugares olímpicos. / Christian Petersen/Getty Images

La noche previa dudó. La mañana de la competencia temió. Pero cuando pisó el estadio, un escenario que siempre había soñado. Salió del túnel, vio las gradas llenas y algo en ella se encendió: "Te sientes poderosa". La entrada y la salida la marcaron. Había deseado por tantos años terminar en una competencia en un estadio.

Durante muchos años fue la de "los quintos lugares". En sus primeros Juegos Olímpicos en Tokio, su quinto lugar fue motivación; en los segundos fue frustración. Estar siempre tan cerca. Fue ahí donde entró su psicóloga, quien la ayudó a cambiar el lenguaje interno: dejar de pensar en todo lo que podría salir mal y reemplazarlo por un mantra simple: "Yo puedo, yo quiero y lo voy a hacer".

Alegna González ha ganado en dos ocasiones el Premio Nacional de Deportes.
Alegna González ha ganado en dos ocasiones el Premio Nacional de Deportes. / Michael Steele/Getty Images

Justo cuando iniciaba el año un desgarre abdominal la dejó seis semanas fuera. Incapaz de hacer cualquier actividad: pararse, comer y hasta respirar hondo le causaba dolor. Alegna ha trabajado su mente con el rigor con el que trabaja los kilómetros.

Después de recuperarse enlanzó una racha de primeros y segundos lugares que fueron cimentando la confianza con la que llegó al Mundial.

Cuando llegó la medalla mundial en Tokio su teléfono explotó. Mensajes, publicaciones y llamadas. Hubo una videollamada que sí atendió: la de su familia. Esa llamada dice es uno de sus momentos favoritos.

Regresar a Tokio esta vez sin pandemia y sin restricciones, sin silencio en las gradas. Fue como una reivindicación personal. Esta vez sí pudo caminar por la ciudad y disfrutarla, sentir el clima.

Durante la competencia siguió al pie las instrucciones de su entrenador Ignacio Zamudio, quien se ubicó estratégicamente en un punto del circuito para darle indicaciones en cada vuelta. Ella lo escuchaba todo. Esa comunicación la sostuvo cuando las piernas querían desacelerar.

Lejos de la marcha Alegna es una persona que disfruta de no hacer nada: quedarse en casa, ver series, pedir comida, dormir o estar con el perro. Extraña los asados familiares y la vida tranquila de Ojinaga.

Este año cerró temporada y recibirá el Premio Nacional de Deportes por segunda vez en su carrera. Sueña con una medalla olímpica. No lo oculta. Cuando piensa en la Alegna que empezó el año lesionada, le diría algo simple: "Gracias por ser resiliente".

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Yarek Gayosso
YAREK GAYOSSO

Periodista en Sports Illustrated México, con 13 años de experiencia cubriendo eventos de gran magnitud como los Juegos Olímpicos de París 2024.