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Si hay algo que caracteriza a Felipe Melo, futbolista brasilero que milita en el Palmeiras de su país, es la vehemencia con la que va a disputar cada jugada que se le presenta, y la incapacidad de poder controlar sus emociones que, casi siempre, le terminan jugando una mala pasada.

Ayer, en el partido frente a Cerro Porteño por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores, le volvió a ocurrir lo mismo. Apenas corrían tres minutos de partido cuando el volante le propinó un tremendo patadón a Víctor Cáceres, que fue sancionado con una tarjeta amarilla por parte del árbitro argentino Germán Delfino.

Al ver la herida que le produjo y mientras se comunicaba con sus asistentes, el juez decidió cambiar la amarilla por roja y lo expulsó del partido, en una decisión más que acertada.

El hombre de 38 años recibió la novena expulsión en su carrera futbolística y sigue protagonizando hechos que poco tienen que ver con el juego en sí, en el que también supo destacarse por sus buenas condiciones. 

A pesar de quedarse con un hombre menos, el conjunto brasilero pudo dejar en el camino a los paraguayos y se metió en los cuartos de final del certamen, donde enfrentará a Colo Colo.