Lo bueno, lo malo y lo feo de la goleada del Barcelona frente al Levante (0-5)
El FC Barcelona le endosó una 'manita' al Levante en su estadio en un encuentro muy bonito para el espectador. Los locales se fueron arriba al ataque y acusaron la pegada de un Leo Messi que hizo un encuentro espectacular y aprovechó las contras generadas por sus compañeros.
LO BUENO: Messi se echó el equipo a la espalda cuando más lo necesitaba
El conjunto blaugrana no lo estaba pasando nada bien en la primera parte con un crecido Levante que se acercó con mucho peligro a la portería de Ter Stegen. Sin embargo, dos errores en la salida del balón provocaron que Messi se echara el equipo a la espalda y 'matase' al club granota. En el primer gol realizó el pase decisivo a Luis Suárez, que no falló al primer toque, y en el segundo realizó una carrera ante la que no le pudieron parar y resolvió como nadie. En el segundo tiempo terminó pronto con cualquier atisbo de reacción al resolver al primer toque una contra. Por si no fuera suficiente, completó un 'hat-trick' al aprovechar un buen envío de Arturo Vidal.
LO MALO: El Barça sólo consiguió marcar al contraataque
El equipo visitante tuvo muchos problemas para crear juego e incluso cedió la posesión en muchos tramos de partido. El peso del juego lo llevó el Levante, que acusó los errores en el centro del campo y que vio encajados dos goles en la primera parte gracias a sendos contraataques. Lo cierto fue que el Barça sólo creó peligro a la contra, que es cuando pudo jugar con espacios y aprovechar la velocidad de Dembélé o Leo Messi. Un Barça no reconocible y que cada día tiene menos que ver con aquel equipo del 'tiki-taka' de Guardiola en el que monopolizaba la posesión. No es que sea un equipo peor ni mucho menos. Pero el tipo de juego es diferente y hoy resolvió la papeleta por la pegada y la calidad de sus jugadores de ataque.
LO FEO: Juego lento, previsible y poco movimiento arriba del Barça
El Barça ganó por goleada, pero fue un resultado engañoso por lo que se vio en el terreno de juego. Y es que el Levante estuvo muy valiente y siempre buscó el ataque. La presión del conjunto local provocó, sobre todo en la primera parte, que los blaugranas realizasen un juego lento y previsible. A menudo se vio a Rakitic sacar el balón andando y pararse esperando un desmarque de alguien. Arriba hubo muy poco movimiento. Sólo cuando bajó Messi a recibir en el centro del campo el Barça tuvo un poco de aire fresco. En el segundo tiempo, con el resultado a favor y la salida de Arthur, los de Valverde maquillaron las estadísticas y acumularon más posesión del balón. Combinaron más y el cansancio de los locales también ayudó.