Los Capitanes de Ciudad de México, en desventaja en la G-League

Dirigir a los Capitanes de Ciudad de México en la G-League no es tarea fácil. Ramón Díaz, el entrenador que comenzó el proyecto en la Liga de Desarrollo de la NBA, apenas aguantó cuatro temporadas.
La naturaleza de la competición permite que cuando el equipo mexicano tiene un jugador destacado, cualquiera de los 30 equipos de la Asociación Nacional de Baloncesto puede ficharlo sin pago de por medio o un club europeo contratarlo al abonar un “buyout”, una especie de cláusula de rescisión que tienen todos los basquetbolistas de la competición.
De hecho, en la liga se valoran más a los estrategas por cuántos elementos mandan a la máxima competición de baloncesto que los títulos.
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— Capitanes CDMX (@CapitanesCDMX) November 23, 2025
En el caso de Díaz, envió a ocho a la NBA, entre ellos al mexicano Juan Toscano-Anderson (Kings), los dominicanos Justin Minaya (Trail Blazers) y David Jones (Jazz), y el brasileño Maozinha Pereira (Grizzlies).
Aunque es una satisfacción y uno de los objetivos de los Capitanes desarrollar talento para la NBA, para los entrenadores es una desventaja, ya que les quitan a sus mejores elementos.
En los cuatro años de Díaz al frente, nunca se logró la clasificación a los “playoffs” en la temporada regular, pero sí se llevó a jóvenes latinos a la liga. Ante los directivos se cumplieron objetivos, pero con la afición no.
Ramón había sido hasta el momento el único estratega en la historia del equipo, que pasó sus primeros años en la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP), en la que logró dos subcampeonatos.
Los seguidores del equipo estaban acostumbrados a pelear por los primeros lugares en la LNBP y al dar el salto a la G-League, se pensaba que la primera franquicia latinoamericana en el sistema NBA repetiría los éxitos.
Sin embargo, el inicio no ha sido como esperan los aficionados, que también sueñan con que el experimento de los Capitanes se convierta en un futuro cercano en una franquicia de expansión de la National Basketball Association.
Ahora es Vitor Galvani el que tomó el mando de los Capitanes. El estratega brasileño trata de concentrarse en lo que tiene control, hacer jugar un buen baloncesto a su equipo, no en evitar el robo de jugadores.
“Si un equipo de NBA llega aquí mañana y quiere llevar uno de nuestros jugadores, no puedo hacer nadar porque así es cómo funciona. Me preocupo en lo que tengo control, el estilo de juego, hacer buenos entrenamientos y practicar un buen basquetbol”, explicó el coach a Sports Illustrated México.
¿Cómo funciona la G-League?
En la Liga de Desarrollo, 30 de las 31 quintetas son filiales de equipos de la NBA. La mayoría de las plantillas son integradas por jóvenes prospectos que se pulen para llegar a la máxima competición y hay algunos veteranos que buscan regresar.
Cada uno de los 30 equipos filiales tienen un máximo de tres jugadores “two-ways”, lo que les permite jugar en la G-League y en la NBA; en esta última solo hasta 50 partidos.
Los elementos de dos vías suelen ser los más talentosos de cada equipo y Capitanes, al no estar asociados a una franquicia de NBA, no puede contar con uno de estos basquetbolistas, lo que supone una desventaja.
“No me gusta mirar como desventaja el no tener jugadores ‘two-ways’, solo lo veo como una diferencia. Si me quedo llorando porque no tengo ‘two-ways’, no voy a hacer un buen trabajo”, señaló Galvani.
Además, los jugadores con contratos duales no pueden ser fichados por las otras franquicias de la competición, lo que protege a los clubes de la G-League a mantener amarradas a sus mejores piezas.
¿Cómo se previene Galvani ante el posible robo de talento?
Galvani vive su segunda experiencia en la G-League, luego de un año fuera, en el que se fue a su país a dirigir al Pinheiros, al que con una nómina joven y poco presupuesto hizo protagonista, trabajo que lo llevó a ser nominado como en la terna del coach del año.
Antes, fue parte del cuerpo técnico de Ramón Díaz en las temporadas 2022-23 y 2023-24.
Con su experiencia previa, su forma de prepararse para la eventual fuga de talento comenzó con la confección de la plantilla. Eligió a una base joven y no de veteranos que buscan la primera oportunidad para regresar a la NBA o ir a Europa.
“Tenemos uno de los equipos más jóvenes de la G-League. Será un trabajo desafiante, quiero enseñarles lo que veo a los jóvenes, desarrollarlos. Este año no buscamos tantos veteranos porque lo que quiero son jugadores que quieran estar acá por mucho tiempo y no como antes, que vi muchos que solo querían estar uno o dos meses y luego irse”, confesó Galvani.
Además, tiene mapeados a unos 50 jugadores en ligas fuera de la NBA, que encajan con su perfil de juego.
“Los scouts sí están a todo el tiempo trabajando, mirando jugadores, hablando con agentes, pero trabajan a lo que necesita el equipo ahora”, expresó Galvani.
Es así como el brasileño se concentra en el presente en la G-League, sin presionarse en el futuro, en una liga en la que en cualquier momento puedes sufrir la baja de una figura.
