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La noche de ayer era la fecha señalada para que Argentina y su fútbol se reivindicasen, para que se demostrara al gran público por qué el fútbol 'Argento' es tan mágico, para que se viese la pasión con la que se vive un partido así en un Monumental a rebosar de gente. Pero la pasión les pudo, el evento les vino grande y, como suele pasar, a algunos energúmenos se les fue de las manos.

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Se les fueron de las manos las piedras, botellas y todo tipo de proyectiles que lanzaron contra el autobús de Boca Juniors a su llegada al estadio, se le fue de las manos a la madre que colocaba bengalas a su hija alrededor del cuerpo para eludir los controles, se les fue de las manos y al mundo entero se le fue la ilusión por ver tan vergonzosos sucesos.

Y después de todo parecía que el partido se iba a jugar, con unos jugadores xeneizes heridos por los cristales rotos y aquejados del gas pimienta que se lanzó, y que enviaron a varios al hospital. Mientras ambos clubes se ponían de acuerdo por una vez en la vida para aplazar el partido, la Conmebol y la FIFA querían jugar a toda costa e incluso los médicos estaban de su lado para dar luz verde al que iba a ser un duelo histórico.

Por suerte para todos, aunque los que estaban presentes en el Monumental no opinarán lo mismo, el enfrentamiento terminó por aplazarse y, cuando los jugadores visitantes abandonaban el estadio dejaron claro su descontento ante los periodistas. Dos de los delanteros de Boca, Dario Benedetto y Carlos Tévez, fueron quienes se mostraron más contundentes ante las cámaras y sus declaraciones sobre lo sucedido desde hacía horas antes no dejaron indiferente a nadie.

El 'Pipa' Benedetto, héroe en las semifinales de esta Copa Libertadores y en el partido en la Bombonera, ya había sido protagonista al llegar al estadio ante los periodistas y esta vez pasó rápido ante los medios, pero le dio tiempo a decir claramente: "Que le den la Copa a River, que tiene tanto peso en la Conmebol". Unas palabras que hacían referencia al trato recibido por parte de la institución futbolística tras el ataque de los hinchas de River Plate.

Tras Benedetto salió Carlos Tévez, quien se paró ante los micrófonos para mostrar su enfado por lo sucedido: "Es una vergüenza lo que hace la Conmebol con nosotros. Teníamos jugadores en el hospital y querían que jugáramos igual. ¿Qué tiene que pasar para que se suspenda el partido?". Y siguió recordando el incidente con el gas pimienta que obligó a suspender un Boca-River el pasado año: "Si fuese Boca, ya estábamos afuera y la Copa era de River. El mismo médico que el día del gas pimienta estaba en la Bombonera y dijo que no se podía jugar, acá miró todo y dijo que jugáramos".

La decisión de la Conmebol fue aplazar a esta noche el enfrentamiento, y 'Carlitos' tampoco estaba contento con ello puesto que lo sucedido fue lo mismo que un tres años atrás y el encuentro se dio por perdido a Boca Juniors. Finalmente el delantero argentino aseguró que ellos habrían terminado jugado el partido si se hubiese disputado: "A nosotros nos dijeron que si no nos presentábamos a jugar, le daban la Copa a River. Entonces dijimos que jugábamos igual. Pero si nosotros no hubiéramos fijado una posición, el partido se estaba jugando ahora".

Sin embargo, lo que pasó no se puede cambiar, las imágenes se quedarán ahí para el recuerdo, para demostrar que la pasión de la hinchada argentina que tanto envidiamos aquí y la cual pretendemos llevar a nuestros campos no siempre es tan idílica como soñamos.