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En los últimos días la llegada de Marcel Ruíz a Chivas tomó mucha fuerza. Un amplio sector de la prensa mexicana lo dio por hecho, aunque José Luis Higuera, CEO del club, lo desestimó apenas le preguntaron. Más allá de si la operación se concreta, el futuro del jovial jugador de Gallos debe estar en otro lado.

El problema no reside esencialmente en el hecho de que vaya a Chivas. Todo lo contrario: el Rebaño es quizá el equipo en el que menos sobran los reflectores para el jugador mexicano. El quid de la cuestión viene en las condiciones de la operación; se llegó a hablar de que Gallos pretendería 8 MDD por su joya. Un disparate, por donde se le mire.

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Si es real que los queretanos tienen valuado a Marcel en ese precio para el mercado nacional, eso implica que, si sale a cualquier escuadra en México, estaría cuasi sepultando sus posibilidades de jugar en Europa.  Algo similar a lo que sucedió, años atrás, con Jürgen Damm en Tigres. Han llegado ofertas por él (el mismo jugador lo ha aceptado), pero ninguna llega a las pretensiones financieras de los felinos por la millonada que invirtieron en su fichaje. 

Ir a Chivas no es mala idea en realidad, pero ir a ese costo podría truncar el futuro de una carrera que, por las condiciones que Ruíz ya muestra, pinta para tener alcance europeo. En suma, la decisión más sensata que el chico puede tomar es mantenerse en Querétaro, consolidarse como titular y mejorar aquellos aspectos tácticos y técnicos que aún puede pulir.

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Marcel lleva la enorme ventaja de estar en un club y con un DT que le ha mostrado confianza inapelable. No va a sufrir por minutos y considerando que apenas tiene 19 partidos jugados en primera división, hay que llevarlo con calma.

Con 18 años recién cumplidos, Marcel Ruíz tiene un enorme futuro por delante. Es pronto para que se hablen de 8MDD y un pase al equipo más mediático del país. Y al final, suena mucho más cauteloso aguardar su explosión con Querétaro y que su primer traspaso sea hacía otro continente y no a otro equipo de la Liga MX.