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Phillipe Coutinho llegó al Barça el mercado de invierno pasado, pero, 12 meses después, el rendimiento del jugador no está siendo, ni de lejos, el esperado. No es que el jugador no haya ofrecido momentos de brillantez y se le ha visto hacer goles como a él le gusta, partiendo desde la banda y situarse al borde del área para clavar el balón en la red, pero de él se esperaba más, y al final Dembélé le ha adelantado.

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Precisamente esto último es lo más significativo de todo. El francés ha hecho méritos para ser suplentes y a poco que ha apretado, se ha hecho con la titularidad y el puesto de Coutinho. Y ahora que salta la noticia sobre la oferta de 115 millones del Chelsea, el Barça no debería poner muchas pegas en vender al jugador.

El club necesita liquidez para acometer nuevos fichajes. Ya se ha intentado colocar al Malcom después de su llegada turbulenta en verano. El club está buscando rendimiento económico por alguna vía y el principal activo del club, o al menos el principal jugador al que se atrevería a vender, es Coutinho. Cualquier club de la Premier League pagaría encantado no ya los 115 millones que da el Chelsea, sino más, incluso por encima de los 140 millones que costó el año pasado. En Inglaterra tiene cartel y allí hay dinero para pagar su pase y su salario, que no es precisamente bajo.

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Un año da para aclimatarse a Barcelona. De hecho, de todos los grandes fichajes brasileños que ha realizado el Barça en los últimos 25 - 30 años, solo a Coutinho le está costando arrancar. Tanto Ronaldo, como Rivaldo o Ronaldinho hicieron méritos para ganar el Balón de Oro en Barcelona, y Neymar, de no ser por Messi, habría tenido el suyo seguramente. Eso no se le pide a Coutinho, pero por el precio pagado, que mínimo que ser titular indiscutible en el equipo, que para eso llegó.