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En una especie de sesión de psicoanálisis, el jugador de la Academia contó sus sensaciones tras las recientes polémicas, sobre todas las vicisitudes que involucran a su figura, y dejó varios títulos de su momento actual.

Marginado del plantel profesional de Racing, a raíz del cortocircuito que tuvo con el técnico Eduardo “Chacho” Coudet en el Monumental y demás actos de indisciplina (muchos extrafutbolisticos)  Centurión reconoció que se equivocóy quiere enmendar sus errores, explicó en una extensa entrevista al canal TyC Sports sobre el presente de incertidumbre que atraviesa.

A corazón abierto, Centurión trató de rememorar la situación en que se produjo la agresión al entrenador. "Yo salí del banco de suplentes para la entrada en calor y me puteaban hasta los mudos. Es inevitable cargar con eso. Sé que uno tiene que aguantar porque es profesional, pero también es persona, y me la terminé agarrando con el que no me la tenía que agarrar", admitió. Y continuo: "Yo estaba fastidioso -recordó- por no estar en el once inicial contra River. Capaz el Chacho me vio con cara de orto o fastidioso. Y bueno, después me tocó entrar y todos sabemos lo que sucedió. Es un trago muy amargo porque Chacho no se merecía que yo lo empujara". Como establece aquel proverbio en latín: "Errar es humano". 

A lo largo del reportaje, manifestó un sinfín de mea culpas y se confesó como nunca antes. "Hace seis años debuté y me encontré con un mundo superior al que yo estaba acostumbrado. Ya no pongo mas excusas. Hay cosas que no supero. No me hace feliz lo material, hay muchas cosas que prefiero no tener. Quiero ser jugador de fútbol, quiero jugar en las mejores ligas, quiero jugar un Mundial y tengo un montón de sueños, pero si me mando estas cagadas es imposible", afirmó sin tapujos, como si hablara con su otro yo que no lo deja en paz con su ser interior.

A pesar de los fantasmas que merodean su cabeza, se mostró esperanzado a futuro. “Tengo ganas de arreglar las cosas y de que todo se ponga en su lugar, más allá de que siga o no en Racing. Estoy bien, tranquilo”.

Su peor enemigo es su propia sombra que lo acecha. Está a tiempo de volver a ser el que fue, el “Ricky” de la gente