Skip to main content

El conflicto bélico emergió en 1982, mientras el “Pitón” Ardiles, junto con su amigo Ricardo Villa, militaba en el Tottenham inglés. El jugador argentino se encontraba entre dos fuegos: de un lado su patria y por el otro, el país que lo había adoptado.

La guerra se inició un 2 de abril de 1982 con el desembarcó de las tropas argentinas en Port Stanley, capital de las Islas Malvinas, rebautizado como Puerto Argentino. La disputa era en reclamo de la soberanía del archipiélago por parte de Argentina al país invasor, Inglaterra, tras 149 años de ocupación británica. El contraataque del gobierno neoconservador de Margaret Thatcher no se hizo esperar.

Un día después, los “Spurs” jugaban una semifinal de FA cup frente al Leicester. Los argentinos estaban en el ojo de la tormenta. “La cantidad de periodistas que se acercaron era impresionante, había mucha prensa que no era de fútbol y quería hablar con nosotros”, contó “Ossie”, como se lo apodó. “A Ricardo y a mí nunca nos habían abucheado”, relataba. Ese día, casualmente, los hinchas del Leicester los silbaron. Los simpatizantes del Tottenham le habían mostrado su apoyo con una bandera que decía: “Argentina puede quedarse con las Falklands, nosotros nos quedamos con Ossie”. 

Luego del encuentro, había manifestado a la prensa sus emociones a flor de piel, porque antes que futbolista era humano: “Sentí como si estuviera dividido en dos. Como si una bomba hubiera explotado en mi organizada vida”. Finalmente esa edición del torneo más antiguo del mundo, la copa la levantó el equipo de White Hart Lane.

El jugador surgido en Instituto de Córdoba con un pasado glorioso por Huracán, había desembarcado en el Reino Unido luego del Mundial de 1978 que ganó con Argentina y fue figura. Junto con “Ricky”, ex Racing, fueron los primeros extranjeros en hacer los primeros pasos en jugar allí. Pasados cuatro años se había convertido en ídolo del equipo de la zona norte de Londres.

Ossie's Dream: My Autobiography” es el título del libro en el que decidió contar sus memorias. Los capítulos más emblemáticos de su obra son ‘las crisis’ que padeció con la Guerra de Malvinas, justo cuando se encontraba en su momento cumbre, inclusive estando nominado para la distinción del mejor futbolista en Inglaterra. "Mi mundo entero colapsó", recuerda Ardiles con mucho pesar.

Tras el Mundial de España de 1982 y con la guerra concluida, el volante decidió no emprender el regreso a Inglaterra. Sintió que los resquemores de un conflicto armado estaban latentes y las condiciones no estaban dadas para retornar; por lo que arregló con el club para ser cedido a préstamo al Paris Saint-Germain. Para mí fue durísimo cuando terminó la guerra. Para la prensa de Argentina, yo era un traidor y para la inglesa, un espía. Todo lo que pudiera decir se malinterpretaba. Ahí le pedí al club que me transfiriera. Me fui al PSG de Francia por seis meses y nunca jugué peor en mi vida. Mi cabeza estaba muy mal, me daba vergüenza salir a jugar así, y cuando se abrió el mercado de invierno volví a Inglaterra, que es mi casa y el país donde vivo”, detallaba mirando el tiempo atrás. 

La locura de la guerra marcó una herida abierta al "Pitón", ya que un primo del mediocampista, José Leónidas Ardiles, fue el primer piloto fallecido mientras realizaba una misión con su avión Dagger C-433.

De acuerdo al lingüista George Lakoff , el fútbol tiene una estructuración que se asemeja a la de la guerra. En el campo deben existir dos bandos, el ataque y el contraataque; la ofensiva y la defensiva; la victoria o la derrota. Argentina e Inglaterra fueron la metáfora.

En 2011 "Ossie" y "Ricky" entraron en el Museo de la Fama del Tottenham Hotspur.