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El FC Barcelona consiguió el empate en un partido que empezó ganando, se le complicó, parecía que tenía perdido y finalmente empató. Messi se volvió a alzar para salvar a los suyos.

LO BUENO: reacción final del Barcelona

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Messi y Luis Suárez lo volvieron a hacer. El Villarreal iba ganando el encuentro por cuatro goles a dos. Pocos minutos antes de llegar al noventa, falta en el borde del área. Messi volvió a marcar, por tercera jornada consecutiva, de libre directo. Lanzó el balón por el palo de Asenjo pero con una potencia y colocación imparable. En la última jugada del partido, córner para los culés. Tras un rechace, Luis Suárez lanzó un trallazo desde fuera del área que sirvió para igualar la contienda. El charrúa y Messi consiguieron salvar los muebles.

LO MALO: los problemas a la espalda de la defensa

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Valverde rotó en el eje de la zaga. El técnico decidió dar descanso a Gerard Piqué los blaugranas terminaron notándolo. La espalda de Lenglet y Umtiti, todavía fuera de forma tras su lesión, fueron una autopista para los atacantes del submarino amarillo. Samuel Chukwueze y Ekambi fueron mucho más poderosos que sus rivales y se hicieron fuertes en el espacio y la velocidad. Ellos fueron clave en la remontada. El problema se evidenció cuando un jugador como Iborra también se coló a la espalda de los centrales. Con el partido ya del lado de los de Villarreal, los espacios fueron mayores y otro jugador vertical, Bacca, aprovechó los espacios para regatear a Ter Stegen y marcar el cuarto.

LO FEO: falta de intensidad tras los dos primeros goles

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Es innegable que el Villarreal hizo un muy buen partido. Los delanteros groguets, con la ayuda de Santi Cazorla, volvieron loca a la defensa culé. Sin embargo, un partido en el que el FC Barcelona consigue ponerse dos goles por delante es muy difícil que te remonten, todavía más que te hagan cuatro. Faltó intensidad y concentración en el once culé con la victoria. Hasta que salió Messi y, una vez más, lo solucionó todo.