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Keylor ha pedido irse. Está cansado de la situación, de intentar ser titular y saber que casi por decreto le tocará estar en el banquillo, salvo causa mayor que impida a Courtois jugar. Es lógico, todo jugador debería tener su actitud, la querer jugar partido si, partido también, y no conformarse con un buen sueldo en el banquillo.

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Lo que no es tan lógico es la actitud del Real Madrid con los jugadores que han dejado huella en el equipo. Keylor es uno de ellos, y no es de recibo que se vaya así, previa petición porque sabe que no va a jugar. Habría sido mejor que se marchara colgando los guantes, pero el fútbol es así y hay que aceptarlo, ya queda poco romanticismo en este deporte.

Keylor no es un cualquiera en el Real Madrid. Estamos hablando de un portero que ha ganado tres veces la Champions League, las mismas que Casillas, amén de otros títulos. El mismo portero que vino a poner paz en la portería blanca después de años de polémicas iniciadas por Mourinho o también, el mismo que no le importó irse a Manchester porque llegaba De Gea. Siempre ha estado al servicio del club para cuando se le ha necesitado y no está de más que el equipo tenga un gesto con él.

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Habrá que ver cómo sale, si es que sale finalmente. Duele ver a un portero de su categoría en el banquillo, pero es comprensible su actitud. Esperemos que el Real Madrid tenga consideración hacia él y le dejen salir como se merece. Un pequeño homenaje a su trayectoria no estaría mal si se marcha.

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