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El 12 de diciembre dirá adiós el máximo ídolo de la historia Xeneize. Se retirará del fútbol quien le dio las mayores alegrías al pueblo azul y oro, y no es casualidad que este suceso ocurra en el día del hincha: Juan Román Riquelme, la leyenda viviente de Boca.


"Román es Boca. ¡Es Boca!", exclamaba un fanático del Xeneize allá por el año 2012, cuando el ídolo pendía de una cuerda floja debido a la poca empatía que tenía con Julio César Falcioni (DT en ese momento) y Daniel Angelici, actual presidente del club. Nadie mejor que este hincha pudo graficar lo que significa Riquelme para el club de la ribera.

Con la 10 en la espalda, la cinta de capitán y un sinfín de piruetas y trucos de magia futbolísticos, el oriundo de Don Torcuato se metió en el corazón de todos los seguidores del equipo boquense. No sólo se trató de títulos, entre los que hay tres Libertadores y una Intercontinental, claro.

También se trató del sentido de pertenencia, de ese que sólo Román pudo llevar a la perfección, convirtiéndose en uno de los máximos temores de River al momento de disputarse diferentes Superclásicos. Hasta en el último de su carrera, en 2014, fue artífice de un terrible golazo de tiro libre. ¿Sirvió para ganar? No, pero Riquelme estuvo ahí. Una vez más.

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No es casualidad que el último diez decida colgar los botines de forma oficial en La Bombonera y en el día del hincha de Boca. Será el 12 del 12, con todos sus seguidores, y siendo lo que realmente es: el mejor jugador de toda la historia de este club.