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Uno de los fichajes más sorprendentes del pasado mercado de invierno fue la marcha de Yannick Carrascoal Dalian Yifang chino. El belga no estaba disputando su mejor temporada como rojiblanco, pero nada hacía adivinar su marcha un fútbol en desarrollo como el chino, al menos, por propio interés del jugador. Sin embargo, el dinero influyó mucho en la decisión, según ha filtrado el portal Football Leaks, información de la que se ha hecho eco Mundo Deportivo.

El origen de todo está en un préstamo que pidió el Atlético de Madrid en 2015 al sistema de pensiones canadiense por valor de 97 millones de euros. El club, avaló la operación con los derechos económicos del jugador, algo que roza la línea de lo prohibido. Ese mismo año, el ente rector del fútbol prohibió en mayo los llamados fondos de inversión o TPO (Third Owner Partnership) en un intento por erradicar la propiedad de los derechos de los jugadores de terceros ajenos al fútbol.

Además, según la propia información, el Mónaco asumió que el jugador acabaría siendo vendido dos años temporadas después de su venta y se reservó un 25% de una futura venta del jugador. Lo mismo hizo Christophe Henrotay, agente del jugador y promotor de la venta al Atlético, reservándose un 5% de una futura venta. Tanto el Mónaco como su agente vieron al jugador como una inversión, una mercancía, que es precisamente lo que quiere evitar la FIFA con la prohibición de los TPO.

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Por si fuera poco, semanas antes de la venta de Carrasco, la empresa china Wanda, que da nombre al nuevo estadio, vendió su participación en el equipo madrileño y, poco después, se hizo con la propiedad del Dalian Yifang chino, club al que acabarían marchándose Carrasco y el argentino Nicolás Gaitán por unos 30 millones de euros, con el mercado en Europa cerrado, por lo que seguramente la venta de Carrasco obedeció más a la necesidad de cuadrar cuentas que a otra cuestión.