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La gran sorpresa de la temporada en el equipo rojiblanco. El jugador de Ghana se ha ganado a base de trabajo la confianza de Simeone y no raro que ahora se le reconozca el buen inicio de temporada que está teniendo. Sin embargo, para llegar hasta este punto, el jugador ha tenido que pasar por una verdadera travesía.

Tristemente, la influencia de los agentes en captar a jugadores africanos que sueñan con venir a Europa es bastante usual. La historia de Thomas ha tenido final feliz, pero podría no haberlo tenido; el jugador fue captado por uno de estos agentes, que sí que lo trajo a España, pero el modo fue un tanto especial según ha desvelado el jugador en Marca.

"Llegó el día que tuve que viajar, sin saber cuándo, ni a qué hora ni nada. Me monté en un coche, me llevaron a la capital, me dieron el pasaporte y me dijeron: "Hoy vas a viajar". Mi padre no estaba en casa, nadie en mi familia sabía nada de mí, ni que me iba ese día, porque si se lo contaba a alguien iba a haber muchos problemas. Entonces viajé y llegué a España seis o siete meses antes de que alguien se enterara de que estaba fuera de Ghana", ha afirmado Thomas

La reacción de sus padres tampoco fue la más esperada. "Mi padre siempre ha aceptado mis decisiones, porque como no ha tenido ninguna ayuda le ha costado mucho. Así que no me dijo nada. Al mes siguiente me enviaba dinero para que me comprara botas. Mi madre sí estaba preocupada, porque como no conocía a nadie temía que me pasaran muchas cosas. A veces les escucho y otras, no. Siempre voy a donde me siento bien, y por eso tomé esa decisión de viajar sin decir nada a nadie", continuó el jugador.

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El jugador también habló de los sacrificios que hizo su familia para Thomas triunfara. "Mi agente me lo dijo cuando yo ya estaba en España. Pero mi padre a mí nunca me quiso decir nada, porque sabía que si me lo decía yo no lo iba a aceptar. Hizo un gran esfuerzo y vendió cosas para conseguir mis papeles y para comprarme botas. Llevaba ayudándome desde que yo era pequeño, porque sin botas no se podía jugar. También ayudaba mucho al equipo de mi barrio, me acuerdo de que traíamos juntos comida desde el pueblo".

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El jugador ghanés tuvo que luchar mucho para hacerse un hueco en el equipo rojiblanco. Mucha culpa de ello lo ha tenido su carácter, forjado a base de luchar ante la adversidad. "Desde pequeño, nunca he tenido miedo a nada porque he visto de todo. He crecido en un barrio en el que ya me ha pasado eso: siempre había peleas, robos, muertos en las calles, ladrones, asuntos turbios... No era fácil, había que sufrir para poder conseguir algo. Todos los jóvenes jugábamos al fútbol en las calles, pero para sobrevivir en el día a día había que hacer algo sucio" concluyó el ghanés.