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Boca sigue preparando lo que será el 2018 y uno de los puestos a reforzar es la defensa. En los amistosos de verano, en los que el Xeneize no ganó ninguno de los partidos que disputó, uno de los puntos más flojos fue la zaga central y a Guillermo Barros Schelotto le preocupa.

El entrenador está convencido que la solución se llama Gustavo Gómez, jugador al que ya dirigió cuando era el técnico de Lanús. El defensor, que no juega los minutos que desea en el Milan, está interesado en la propuesta de Boca, pero las negociaciones vienen siendo muy complicadas.

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La idea del Xeneize es pagar 5 millones de euros por el 80% del pase, monto que no convence al equipo italiano. Al ex Lanús lo pagaron cerca de 9 millones de euros y la idea que tienen es recuperar la inversión. Más allá del deseo del futbolista, ya recibieron una oferta superadora del Celta y no lo soltarán tan fácil.

En medio de toda esta complicada negociación, que por momentos ya parecía que estaba cerrada, ocurrió un verdadero escándalo. Cansado de la negativa de los dirigentes del Milan, el representante de Gómez revoleó una silla y rompió uno de los vidrios del lugar. Al grito de "se va o se va", dejó bien en claro su postura.

La idea de Boca es enviar emisarios para seguir negociando, pero la situación esta cada vez más tensa y complicada entre ambas partes. ¿Llegará?