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Los aficionados más radicales del Athletic Club y del Spartak de Moscú protagonizaron una vergonzosa pelea en las inmediaciones de San Mamés en la previa del partido de Europa League. Los incidentes se saldaron con un fallecido, cinco heridos y nueve detenidos.


Tristemente el mundo del fútbol nos ha vuelto a mostrar su peor cara, aquella que no deseamos ver. El Athletic Club y el Spartak de Moscú se enfrentaban en el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League, pero lo que sucedió sobre el terreno de juego quedó eclipsado por la batalla campal que se vivió en los alrededores del estadio.

Los terribles enfrentamientos entre los ultras de los dos equipos se saldaron con la muerte de un ertzaina (policía del País Vasco), Inocencio Arias García, de 50 años, a causa de un infarto. El agente se desplomó durante la intervención policial que se estaba llevando a cabo a causa del enfrentamiento entre ultras. Sus compañeros intentaron reanimarle en el lugar de los hechos, pero tras no conseguirlo fue trasladado al Hospital de Basurto, cercano al lugar de los incidentes, donde falleció según informaron fuentes del Departamento vasco de Seguridad y del Departamento de Salud del Gobierno Vasco.

Desde el hospital se emitió un parte médico en el que se confirmaba que el agente había ingresado con "una parada cardiorespiratoria, previo intento de reanimación de una hora".

Hasta esos lamentables momentos en los que comenzaron los incidentes la jornada en Bilbao había trascurrido con una aparente y falsa calma. Ante la amenaza de posibles incidentes, la Ertzaintza se desplegó desde primera hora en un amplio dispositivo de seguridad y requisaron puños americanos, porras, bates de béisbol y demás objetos a los aficionados locales pertenecientes al grupo Herri Norte, pero no se registraron incidentes.

El momento de mayor tensión y que fue cuando comenzó el enfrentamiento se produjo cuando los ultras rusos se aproximaban a San Mamés, a pesar de estar escoltados por la policía. Allí se encontraron con los ultras del Athletic que estaban concentrados tras acudir a una manifestación antifascista. Los radicales de ambos equipos se enfrentaron entre sí y también con la Ertzaintza dando inicio a una batalla campal con bengalas, petardos, pelotas de golf, vasos y botellas de cristal, contenedores volcados y cargas policiales.

Además del agente fallecido, los incidentes se saldaron con cinco heridos y nueve personas detenidas.

Afortunadamente estas imágenes de pánico no se reprodujeron dentro del campo donde también había un fuerte dispositivo de seguridad para vigilar a los ultras más peligrosos. Aficionados rusos encendieron bengalas en la grada pero no se lanzaron al campo y no hubo que lamentar ningún incidente.

Tanto las autoridades locales como nacionales han expresado sus condolencias a los familiares del agente fallecido y han condenado de forma enérgica los vergonzosos incidentes instando a la UEFA para que tome medidas y actúe con mano dura contra los equipos que permiten tener entre sus filas a este tipo de aficiones peligrosas.