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Todo el mundo del fútbol ha quedado conmocionado tras la muerte del joven central de la Fiorentina, Davide Astori el pasado domingo en la concentración de su equipo en Udine. Como consecuencia se suspendió el fútbol en Italia, y se guardó un minuto de silencio en numerosos campos alrededor del mundo.

Muchos compañeros de profesión aprovecharon tanto declaraciones como las redes sociales para mostrar sus condolencias. Menos uno, Dani Alves, quien en la rueda de prensa previa al partido contra el Real Madrid, soltó unas muy polémicas declaraciones que está dividiendo al mundo en este tema.

"Estoy triste por su familia. Creo que Davide hizo lo que tenía que hacer en este mundo caótico y que ahora está en un mundo mejor. En el mundo, sin embargo, miles de niños que no reciben mucha atención mueren cada día, por hambre o por otras dificultades, y son igual de importantes, pero no tienen la misma repercusión. Todos tenemos que morir tarde o temprano porque estamos de paso".

Las declaraciones del lateral brasileño generan un debate ético sobre por qué un futbolista que muere genera mucho impacto que la muerte de miles de personas por causas sociales, todas juntas. En una primera instancia, podrían parecer unas inoportunas palabras de Alves, al que siempre se le acusa de querer ser el foco de atención, pero si se reflexiona detenidamente, puede que el brasileño no esté tan equivocado...