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Cesc Fàbregas, actual jugador del Chelsea, vistió la zamarra azulgrana entre 2011 y 2014 antes de aterrizar en la entidad londinense. Mañana volverá a pisar el Camp Nou después de más de tres años y ha confesado la motivación que ello supone en una entrevista para el diario Marca.

El mediocentro de Arenys de Mar volverá al lugar en el que ganó una Liga, una Copa del Rey, dos Supercopas de España y un Mundial de Clubes. Ha explicado de la siguiente forma lo que supone hacerlo: "No me incomoda jugar contra mi pasado, contra amigos. Al revés, me motiva. A ellos también. Al final, que nadie lo dude, porque buscaré lo mejor para mi equipo".

En cuanto al hecho de presentarse ante la que fue su afición, prefiere no darle importancia: "El recibimiento de la afición es lo de menos. Lo que pase conmigo al final es secundario. Lo que queremos es pasar la eliminatoria y nada más". Otro tema inevitable es el de la costumbre de no celebrar un hipotético gol ante un equipo en el que se ha estado anteriormente, sobre la cual ha comentado: "No sé si lo celebraré, pero no creo. Depende del momento".

Cesc Fàbregas buscará clasificar al Chelsea para los cuartos de final, ronda que no alcanzan desde la temporada 2013-14, en la que fueron eliminados por el Atlético de Madrid. Para ello, los de Antonio Conte están obligados a marcar, dado que el FC Barcelona lo hizo en Stamford Bridge en la ida (1-1). El centrocampista catalán tratará de avanzar de ronda en una competición que, a sus 30 años, todavía no ha logrado levantar.