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Este mes se celebra el Ramadán para los musulmanes, que deberá respetarse hasta el próximo 14 de junio, que coincide con los primeros días de Mundial. Sin embargo, ayer se vivió una nueva polémica en el deporte de élite por esta práctica durante el encuentro amistoso que se celebraba entre Túnez y Turquía.

Y es que corría el minuto 47 cuando el portero de Túnez, Moez Hassan, cayó al suelo aquejado de un supuesto dolor en su brazo izquierdo. Las asistencias salieron para atender al guardameta, momento que aprovecharon los compañeros del tunecino para hidratarse con agua e incluso comer barritas energéticas y dátiles.

Una acción que ya se repitió en el amistoso frente a Portugal y que algunos periodistas, como Souhail Khmira, se han atrevido a tildar de argucia realizada a propósito, ya que justo el momento coincidía con la hora oficial en el que se rompe el ayuno sagrado.

Hay que recordar que El Corán dicta que los creyentes deben abstenerse durante este mes, el noveno del calendario musulmán, de comer, beber y mantener relaciones sexuales desde que sale el sol hasta que se pone.

No obstante, el derecho islámico contempla algunas excepciones que permiten saltarse un día siempre que se pueda sustituir este por otro y que la persona se encuentre en ese momento a más de 90 kilómetros de su domicilio. Es por esto que Mo Salah y Sadio Mané, jugadores del Liverpool que practican la religión musulmana, pudieron alimentarse antes de la final de la Champions frente al Madrid.

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