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 Más comedido en su segunda etapa, Florentino Pérez se caracterizó durante su primer periodo como presidente del Real Madrid por la impaciencia y la facilidad para cambiar de dirección deportiva a poco que las cosas funcionaban mal, al menos, desde que Del Bosque tuvo que dejar el banquillo.

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Desde su vuelta en 2009 sí que ha sido más paciente con sus técnicos y solo Benítez ha visto como le destituían del cargo a mitad de temporada. Lo que sí que nunca cambiará es que ninguno de los hasta nueve entrenadores fichados que han pasado por el banquillo del Bernabéu ha terminado su contrato y han acabado marchándose antes de tiempo. El último Zidane, quién ha decidido irse, al igual que Mourinho en 2013 o Camacho en 2004 tras estar apenas unos meses en el cargo.

Peor les fue a Carlos Queiroz, con contrato hasta junio de 2005, pero que fue destituido al finalizar la temporada 03/04, García Remón, con contrato hasta junio de 2005 también pero que despidieron para fichar a Vanderlei Luxemburgo, quién firmó hasta junio de 2006 pero que fue destituido en diciembre de 2005. A todos y a cada uno de ellos hubo que indemnizarles y no fueron despidos nada baratos, (solo García Remón, el que cobró menos indemnización por despido, se embolsó más de 200.000 euros).

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Ya en esta segunda etapa tanto Manuel Pellegrini como Carlo Ancelotti vieron cómo les despedían al terminar el año. El chileno tenía contrato hasta 2011, pero en junio de 2010 le abrieron la puerta de salida previo pago de 4,2 millones de euros. A Ancelotti le mantuvieron después de ganar la décima, pero solo un año después era despedido, mayo de 2015, cuando aún le restaba un año de contrato, por el que se le pagó 3,7 millones de euros.

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Entre estos dos entrenadores estuvo tres años José Mourinho quien abandonó el club de "mutuo acuerdo" en 2013 cuando aún le quedaban tres años más de contrato. A RafaBenítez, con contrato hasta junio de 2018, le cortaron cuando apenas llevaba seis meses. Cobró los 5 millones de euros que le correspondían por la temporada entera más 600.000 euros por la victoria del equipo en la Champions League (fue el entrenador durante toda la fase de grupos).

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Los únicos que pueden presumir de acabar contrato, aunque con peculiaridades son Del Bosque y López Caro. Del Bosque no fue un fichaje de Florentino Pérez, acababa de ganar la octava cuando llegó Florentino con Figo como regalo y lo mantuvo hasta junio de 2003, cuando optaron por no renovarle. López Caro también acabó contrato, en junio de 2006, pero Florentino ya había dimitido y se estaban preparando las elecciones.