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Parece que en la Argentina no se aprendió la lección y el camino a Rusia viene siendo una caja de sorpresas. Tras lograr una agónica clasificación en Ecuador, gracias a una noche mágica de Lionel Messi, todo lo que había que hacer era llegar de la mejor manera al Mundial y el camino parece estar lleno de obstáculos.

Esta semana fue el reflejo de lo que se vive en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) hace varios años. Una desorganización, una desprolijidad y un manual de como hacer todas las cosas mal (esta vez no fue el de cómo encararse a mujeres rusas).

"Menudo quilombo", tituló su nota Mari Carmen Torres, colega española del diario Marca y lamentablemente no le puedo dejar de dar la razón. Dejaron mal parado a la Argentina y hoy escriben sobre nuestro papelón.

Pienso y creo que es fácil atacar a Jorge Sampaoli por el día libre que entregó a los jugadores. ¿No necesitaba tiempo? ¿No quería entrenamientos? ¿No deberían tener la cabeza solamente en el Mundial? Sería lo más fácil caer en eso y no pensar en la inexistencia de procesos que hay en este país en lo futbolístico. Desde que se llegó a la final en Brasil, con un estilo que encontró y explotó Sabella, se hizo todo mal.

El Tata Martino nos había entusiasmado con su juego, pero lo condenaron las dos finales que perdió por penales. Pocos lo repiten, pero Argentina nunca recuperó el nivel de aquella Copa América en los Estados Unidos.

El tiempo terminó sacando a Martino de la Selección, que aseguró "no estar dispuesto a perder su dignidad". En el medio llegó la renuncia de Messi, la inexplicable contratación de Edgardo Bauza y un salvavidas llamado Jorge Sampaoli.

Llegamos a las fechas finales discutiendo sobre el estadio, sobre el aliento y sobre cosas que realmente no tenía sentido. Mientras tanto, no teníamos idea a qué jugaba el equipo, jamás logramos tener un 11 de memoria y solamente pedíamos un milagro para clasificar y no hacer un papelón histórico.

Si bien el milagro llegó, el panorama parece negro. Tras la histórica derrota contra España, Argentina no quiso volver a correr este riesgo y organizó dos amistosos: contra Haiti y contra Israel. Dos selecciones que no estuvieron ni cerca de entrar al Mundial, dos posibles victorias fáciles. ¿Alcanzaba? No lo sabremos, pero ahora no tuvimos ni eso.

Mi postura sobre este amistoso es clara. ¿Debió jugar Argentina contra Israel a 5 días del Mundial? No. Ahora, el amistoso se confirmó hace cuatro meses y es una locura haberlo suspendido de esta manera. Personalmente creo que no tenía sentido realizar semejante viaje, para jugar un amistoso contra una selección de menor nivel, a una alta temperatura y más sabiendo el cansancio que arrastran los jugadores. Pero así lo decidieron.

Apuntan a las amenazas, a la seguridad. Parece que no están enterados de que el Mundial se juega en Rusia, un país bajo amenaza local e internacional. ¿No apareció una imagen de Messi sin cabeza de parte del ISIS? Atentados en las ciudades más importantes de Europa demuestran que todos son blancos posibles de ataques y en ese sentido Israel es uno de los países con mayor seguridad del mundo. Tras tanta desprolijidad y tanto silencio, hubo que escuchar al Chiqui Tapia decir que esto era un aporte a la "paz mundial".

Ya parecía mucho para una previa del Mundial, pero no faltó la oportunidad para volver a demostrar que no estaban a la altura. En la semana hubo cronogramas que no se cumplieron, pocos minutos disponibles a la prensa y un silencio total. ¿Tan difícil es que el entrenador hable sobre su trabajo en una rueda de prensa? ¿No hay jugadores que puedan compartir sus sensaciones? ¡La gente quiere escucharlos! No hace falta que sea Lionel, muchachos.

Por último y para completar una semana en la que se habló de todo menos de fútbol, el presidente de la AFA realizó un comunicado por la suspensión del amistoso. Alguien tuvo la brillante idea de solamente dejar ingresar a periodistas de los medios más reconocidos de Argentina. Si, todos los que habían llegado a través de medios españoles o pequeños medios argentinos se quedaron afuera. "Es la primera vez que me toca vivir algo así", comentó un periodista que no podía creer lo que estaba aconteciendo.

Ahora resta esperar y entender que en la cancha todo puede pasar. Pero las consecuencias ya se ven en los pésimos resultados en las juveniles, en lo difícil que fue conseguir la clasificación y en qué nadie sepa cómo va a jugar el equipo en este Mundial. Ojalá el 10 se ilumine, porque al resto le faltan muchas luces.