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La Selección Argentina de Jorge Sampaoli estuvo lejos de realizar un buen Mundial. El equipo no tuvo, en ninguno de los cuatro partidos disputados, una superioridad notoria sobre el rival durante un tiempo prolongado, ni demostró el juego asociado que tranquilamente podía tener con el elevado nivel que suelen tener sus jugadores.

El dato de los 15 partidos dirigidos por el entrenador con 15 formaciones distintas es elocuente, y marca lo lejos que estuvo el casildense de encontrar un equipo que salga de memoria o, al menos, con una idea clara para plasmar en el campo de juego.

Pero vayamos directamente a los nombres propios: de los 23 futbolistas convocados, 20 tuvieron la chance de disputar al menos un minuto. Sólo Nahuel Guzmán (arquero), Cristian Ansaldi (defensor) y Giovanni Lo Celso (volante, que pasó de ser titular a no jugar) quedaron a la espera.

Todos los demás, con más o menos continuidad, vistieron la camiseta de la Selección en algún tramo de los cuatro partidos disputados.

Para destacar entre los puntos regulares para arriba, podemos encontrar nombres como Javier Mascherano, Nicolás Tagliafico, y apenas momentos de futbolistas como Éver Banega y Cristian Pavón.


Es que ningún futbolista tuvo un nivel aceptable y mantenido durante todos los encuentros, pero la prestancia y sacrificio del Jefecito, líder del mediocampo a pesar de su alta edad y su evidente lentitud, acompañado en defensa por el hombre del Ajax que siempre se caracterizó por su determinación a la hora de marcar y pasar al ataque, son para destacar.

Luego, lo dicho: Pavón incomodó a las defensas rivales cuando tuvo su turno, pero a la hora de ser titular ante Francia estuvo casi ausente. Banega nunca fue el conductor del equipo, pero en el partido frente a Nigeria con el pase incluído a Lionel Messi fue de los mejores.

A la hora de marcar los niveles más bajos, la lista es mucho más larga: desde Wilfredo Caballero con su horror ante Croacia que lo sacó de la Selección (el otro arquero, Franco Armani, arrancó firme y terminó muy mal), pasando por toda la defensa: ni Mercado, ni Otamendi ni Rojo (mucho menos Fazio, que fue espantoso en los 45 minutos que jugó ante Francia) pudieron afirmarse como zaga.

Ya en el medio, Lucas Biglia se despidió del combinado nacional de muy mala manera (sólo jugó el primer encuentro ante Islandia), Enzo Pérez no desequilibró, Maxi Meza fue la reiterada apuesta que jamás rindió, y a "Toto" Salvio y "Huevo" Acuña les faltó jerarquía.

Los jugadores ofensivos no quedan atrás: Ángel Di María y Gonzalo Higuaín siguen sufriendo vestir la Albiceleste ("Angelito" se destacó por el gol a Francia, y nada más), Sergio Aguero estuvo prácticamente desconocido (así y todo le alcanzó para hacer dos goles), y Paulo Dybala tuvo una sóla chance de demostrar, en un partido adverso.

Por último, llegamos a él. Lionel Messino tuvo un buen Mundial. Si bien fue la bandera del ataque ante Islandia, donde intentó por todos lados, y el líder del equipo ante Nigeria, donde convirtió un golazo, se lo notó prácticamente ausente ante Croacia y, sobre todo, en el trascendental partido frente a Francia. Una pena por él, quien fue el encargado de meternos en el Mundial. ¿Habrá revancha?