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Luis Enrique disputó ayer su primer partido como entrenador de la selección española. El estre fue ni más ni menos que en Wembley, uno de los estadios más míticos del fútbol, contra Inglaterra, cuarta en el Mundial. El partido comenzó mal para la roja, los ingleses se adelantaron con un gol de Rashford, pero terminaron por remontar. Desde el primer minuto Luis Enrique no paró quieto, estuvo dando órdenes a los suyos y moviéndose por el área técnica. Le quemaba el asiento. El asturiano no se sentó en 90 minutos.

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Desde el primer minuto, cada vez que la cámara pasaba cerca del banquillo de España vimos a Luis Enrique en el borde del área técnica. Dirigiendo, corrigiendo, dando ánimos… Al banquillo solo se acercaba para comentar aspectos del juego con sus ayudantes y, como mucho, coger alguna botella de agua. Lucho también aprovechó cada parón para poder dar órdenes más precisas, incluso llamó a algunos de sus jugadores para que se acercaran a la banda y darles indicaciones.

La segunda parte fue un calco de la primera solo que en esta mitad sí que lo vimos sentarse… pero no en el banquillo. En algunas jugadas, el técnico se colocaba en cuclillas para tener otra visión de la jugada o sufrir las posibilidades del rival.