Es necesario que se exporten talentos mexicanos a corta edad y más rápido
La semana pasada se supo la noticia de que a Diego Lainez le cerraron las puertas para probar suerte al otro lado del charco. La directiva americanista no permitió que el llamado Niño Maravilla firmara con el conjunto de la Roma. Pero, ¿esta es una buena o mala noticia para el balompié mexicano?
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Desde luego que es una mala noticia, ya que en los últimos años no han existido jugadores nacionales que firmen con un club de renombre. Hasta el momento, sólo han sido dos hombres que han puesto el nombre de México en lo más alto: Hugo Sánchez y Rafael Márquez. Hay que tomar en cuenta que Javier Hernández pasó más tiempo en el banquillo de suplentes que en acción, esto en su efímero paso por el Real Madrid.
Omar Vega/GettyImages
Esta situación nos hace recordar que lo vivió hace unos años el jugador Jürgen Damm. El delantero vivía quizá el mejor momento de su carrera. Era la joya en bruto del equipo de los Tigres UANL y tenía equipos de los llamados 'grandes' del Viejo Continente. No obstante, los de pantalón largo de los felinos impidieron su salida por considerar que aún estaba 'maduro'.
Por el contrario, uno de los claros ejemplos de superación es el de Hirving Lozano. Si bien es cierto que no juega en un equipo tan reconocido de Europa, inmediatamente que tuvo una propuesta de la Eredivisie, los directivos del Pachuca accedieron y dieron el sí. A sus escasos 23 años de edad, ya jugó su primer Mundial y se espera que en meses cambie de equipo a uno con mayores reflectores.
Se debe dar salida a los jóvenes mexicanos cada que haya un interés de por medio por parte de un cuadro foráneo. De no ser así, pasa lo de Rodolfo Pizarro, dejó de ser mediático para as principales ligas europeas y sigue en el país, a diferencia de sus compañeros Gutiérrez y Lozano.
