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Es un hecho que una gran parte del público futbolero disfruta ver a la selección de su país. México, nación balompédica por antonomasia, no está exento de ello. Pero cuando ver al Tri se costea con la interrupción más o menos constante del torneo local, pan nuestro de cada día, las afamadas fechas FIFA se vuelven tortuosas. Más aún cuando se acerca la frase crucial del semestre.

Y justo esa coyuntura también le pasa factura a los propios clubes. El trabajo día a día se ve interrumpido por una pausa de dos semanas. En tiempo de recuperación representa una mina de oro, pero en el ritmo de juego resta bastante y eso es algo que manifiestan, en general, todos los clubes de la Liga MX.

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Ahora mismo está fecha FIFA de doble partido ante Argentina llega en un momento poco deseado. Siempre será atractivo medirse a un campeón del mundo en su casa, sin embargo, no es lo que se busca cuando el torneo local está en su fase más crítica. A equipos que recién comenzaron a mostrar una subida de nivel les mermará (como suele suceder), y a aquellos que las cosas no les salían del todo también.

Salvo el valioso descanso físico que puede representar para las escuadras más 'gastadas', las fechas FIFA dejan, en el corto plazo, menos beneficios que contras. Máxime en esta época post mundial. Acaso lo que el aficionado azteca menos espera es digerirse tres interrupciones del torneo local por los amistosos del Tri. Este semestre, en especial, la asignación de cotejos para la selección nacional fueexagerada.

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Cierto es que el cambio generacional de la escuadra nacional exige este tipo de fogueo pero, a nivel logístico, su calendarización deja que desear. El organismo rector del balompié debe ser más sensato en este punto. El fútbol de selecciones siempre es apasionante (su torneo cenit, el mundial, es lo más en el balompié), pero debe hallar la armonía correcta para que jugarlo no represente una interrupción abrupta al mundo futbolístico.

Más que estar mal, las fechas FIFA dan la sensación de ser inoportunas. Y eso mismo, al final, le resta espectáculo a algo que, no podemos perder de vista, atañe primero que nada a lo económico. Este próximo ciclo mundialista a Qatar 2022 podría ser una oportunidad inmejorable para trabajar sobre ellas. Darles un espacio oportuno en el calendario futbolero de manera que, en vez de ser un obstáculo, sean una fecha ansiada por el aficionado, los equipos y sus futbolistas.