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El Atlético de Madrid sufrió durante la primera mitad. Le faltó concentración. En la segunda mitad, con un doble cambio, el equipo reaccionó y pasó por encima de un rival muy inferior. Diez minutos bastaron para que los colchoneros sentenciaran el partido.

LO BUENO: la reacción de la segunda mitad

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El Atlético de Madrid no tuvo una buena primera parte. El Mono Burgos, seguramente comandado por el Cholo Simeone, que vio el partido desde la grada, decidió hacer un doble cambio a la salida del vestuario para dar un toque de atención al equipo. Funcionó. Rodrigo aportó claridad en el centro del campo y Lemar revolucionó el partido anotando el primer gol. Tras el primero llegaron el segundo y el tercero en menos de 10 minutos, obra de Kalinic y de Correa, con un tanto precioso. En los minutos finales, Vitolo marcó el cuarto.


LO MALO: la primera mitad

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El Atlético de Madrid no se reconoció en la primera parte. Las mejores oportunidades del partido recayeron en las botas de los delanteros del Sant Andreu, club de tercera división. Un disparo al palo y un Adán muy metido en el partido salvaron al equipo y evitaron que los colchoneros tuvieran problemas para pasar a la siguiente ronda. Kalinic fue el único que lo intentó.


LO FEO: Toni Moya, señalado

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Se equivocaron los técnicos del Atlético de Madrid sustituyendo a Toni Moya. Es cierto que el equipo estaba teniendo aprietos en defensa pero, en las ocasiones más claras, los rivales superaron a Savic, el que debía ser el jefe de la zaga. Toni Moya fue el sustituido en el descanso y dio la impresión de que el técnico le señalaba aun siendo canterano.