Los pesos pesados del vestuario del Barcelona deben centrar a Ousmane Dembélé

El jugador francés está alternando el gran rendimiento sobre el terreno de juego como la falta de profesionalidad fuera del mismo. Después de un último caso de indisciplina, presentándose más de dos horas tarde a un entrenamiento, el club debería tomar medidas que le hagan recapacitar. Además, es hora de que los capitanes le hagan entender lo inadecuado de su comportamiento.

Ousmane Dembélé ha comenzado la temporada siendo decisivo en la consecución de varios puntos del FC Barcelona, siendo el tercer máximo goleador del equipo en LaLiga con 6 tantos en 14 partidos, superado por Luis Suárez (10) y Lionel Messi (11). También ha visto puerta en la Liga de Campeones y anotó un tanto importante para ganar la Supercopa de España ante el Sevilla.

Es importante hacer hincapié en su rendimiento, puesto que esto no se trata de hacer campañas a favor ni en contra, sino de mencionar aspectos de ambas posiciones. Una vez visto lo positivo, tenemos que recordar que el galo, fichado el pasado verano por 115M más 32 en variables, ha llegado tarde a alguna concentración y no ha avisado de una gastroenteritis que le hizo ausentarse de otro entrenamiento.

El de Vernon está en su cuarta temporada como profesional y, sin haber alcanzado el ecuador de la actual, ya registra 8 tantos, a 4 de su mejor marca, la del debut con el Stade Rennes (12). Además, suma 5 asistencias, aunque las 21 que dio en el único curso en el Borussia Dortmund se presentan complicadas de igualar. 

Puede estar ante la mejor campaña de su corta carrera a los 21 años, pero necesita rodearse de un entorno que le guíe mejor de lo que está haciendo ahora. Por el momento está cubriendo la falta de profesionalidad con un impacto directo en el campo, pero si mantiene su mente alejada del fútbol puede repercutirle de forma negativa, por lo que urge que los pesos pesados como Lionel Messi, Sergio Busquets y Gerard Piqué colaboren a que no descarrile.

Ousmane Dembélé tiene un talento y una proyección para ser uno de los mejores del mundo en un futuro no demasiado lejano. Si lo consigue o no lo dictaminará el tiempo, pero la madurez le ayudará a no quedarse por el camino, como le ha sucedido a tantos otros, siempre y cuando la salud le permita seguir haciendo lo que hace vestido de corto.

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