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Es sumamente probable que, en estos momentos, no podía haber final más cerrada y pareja en el fútbol mexicano como la que viviremos. Dos equipos que llegan en similar nivel, de planteles equiparables y encima rivales históricos. Suficientes aditamentos para que la palabra 'presión' tome muchos titulares en las horas recientes: ¿Quién la tiene más y quién la tiene menos?

En una breve charla con Fútbol Picante Moisés Muñoz, arquero que inmortalizó aquella final del 2013, abrió la puerta sobre el tema. En consideración del ex jugador, América es el obligado a ganar: una derrota, según Muñoz, le daría mayor resaca al club e hincha águila que a su homólogo cementero.

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Desde esta trinchera creemos que no es así. Las similitudes que guardan en el campo (en nivel de juego, no en estilo) también las presentan en la exigencia; por la campaña que los dos han firmado y por el abolengo que los antecede, tanto América como Cruz Azul están llamados a ganarle a su rival. No hacerlo sería durísimo para ambos.

Por supuesto, las consecuencias serían diferentes. Desde el lado de Coapa perder contra un rival al que le han tomado la 'medida' y que en este certamen llegó como inquilino a 'su' casa sería una derrota que, por ejemplo, podría marcar el fin del proyecto deportivo con Miguel Herrera, y quizá el cierre de ciclo de algunos jugadores en el equipo.

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Por su parte, a Cruz Azul le sería un mazazo tremendo para un proyecto naciente. Además, su pasado reciente y el antecedente de la última final versus los azulcremas le duplicarían aquellos 'fantasmas' que le han asechado en estas dos décadas. Desde lo anímico, perder con América sería un golpazo del cual le podría costar mucho levantarse.

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La realidad es que, aunque desde ambas partes ninguna ha querido asumir el rol de 'favortio' y 'obligado', los dos están llamados a levantar la copa el domingo. La presión es compartida. Si bien los celestes huelen un ligero aroma de revancha y ansían romper la sequía, los de Coapa tienen el deseo a flote de dar un golpe de autoridad y ganarle al rival que deslumbró en casa durante toda la temporada (sin olvidar que el título, a su vez, los colocaría como el más ganador de Ligas en el balompié nacional, con 13 estrellas, y superarían a su otro rival, Chivas).

Al final, para el aficionado neutral está final será un goce. Para el cementero o el águila, es la final que nadie quiere perder pero que ansían con jugar y, más que nada, sueñan con ganar. A disfrutar.