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Primero fue Cesare, después continuó, y de qué manera, Paolo, y ahora llega el turno del hijo de éste, Daniel, que juega en el equipo primavera del Milán y marcó un auténtico golazo de falta ante el Cagliari.


A diferencia de su padre y su abuelo, que jugaban en la retaguardia, Daniel, de solo 17 años, puede jugar tanto de mediapunta como de extremo izquierdo y aunque ha debutado con el equipo primavera esta temporada, con que ha jugado 9 partidos y ha marcado un tanto, ya ha entrenado con el primer equipo milanista.

Al igual que Daniel, su hermano Christian (22) juega de futbolista, pero éste sí que ha seguido la tradición familiar y es defensa, aunque ha tenido que salir del Milán para labrarse un futuro como jugador profesional. Solo uno de ellos podría usar el dorsal número tres que lució su padre y que fue retirado por el club, a la espera de que alguno de sus hijos coja el testigo.