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El fútbol italiano vuelve a estar salpicado por la polémica tras la muerte de un aficionado del Inter de Milán. Por primera vez, en un intento por seguir impulsando el crecimiento del fútbol en Italia, la federación incluyó la jornada de 'Boxing Day' tan exitosa en la Premier League, pero el experimento difícilmente podría haber salido peor y el propio presidente de la federación, Gabriele Gravina, ha asegurado que están meditando suspender la competición.

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Gravina, en declaraciones para el medio Il Messaggero, recogidas por el Diario AS, ha reconocido que el fútbol italiano necesita un cambio radical. "Necesitamos algo radical, tenía que ser una fiesta esta jornada y vi cosas inaceptables. Estoy preocupado por este clima. En San Siro vi a jugadores demasiado nerviosos y lo que ocurrió fuera es demasiado grave. Hablaremos con el Ministerio, el Comité Olímpico y decidiremos", confesó el presidente.

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El origen de la polémica se ubica en San Siro, durante la disputa del partido entre el Inter y el Nápoles, que se saldó una retahíla de incidentes que vergonzosos. Cuatro aficionados resultaron apuñalados, uno de ellos fallecido. Además, dentro del terreno de juego se sucedieron los cánticos racistas contra el jugador napolitano Kalidou Koulibaly, que terminaron por desquiciarle y acabó expulsado. Carlo Ancelotti, técnico del Nápoles, llegó a pedir la suspensión del encuentro hasta en tres ocasiones.

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Sobre el episodio racista Gravina afirmó que "es muy feo todo, el árbitro no suspendió el partido y si cometió errores también se valorará". También tuvo palabras contra el De Laurentiis, presidente del Nápoles, que increpó al colegiado antes del inicio. "Basta ya con ciertas declaraciones. No las volveremos a tolerar", concluyó.