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Por casualidades del destino, el club azulgrana tuvo en sus manos la posibilidad de incorporar al centrocampista estadounidense a sus categorías inferiores, sin embargo el fichaje se vio truncado por las presiones de la FIFA, según desvela el diario Sport.


Chistian Pulisic es uno de los nombres de moda tras su fichaje por el Chelsea, aunque no llegará a Stamford Bridge hasta la próxima temporada. Pero aprovechando el tirón que tiene el jugador en estos días han salido a la luz varias historias sobre él, y una de ellas la cuenta el diario Sport.

Antes de recalar en el Dortmund, el centrocampista estuvo en varias canteras y una de ella fue la del FC Barcelona aunque por un breve periodo de tiempo. En sus páginas, el diario deportivo revela cómo el jugador estadounidense realizó en la temporada 2008/2009 su primera prueba para ingresar en La Masía y estuvo una semana entrenando en el Alevín B: "Era un jugador muy pequeño, pero se le veía un potencial. Era especialmente bueno en el uno contra uno", explica Albert Puig, coordinador del fútbol base del Barcelona.

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En poco tiempo el talento de Pulisic enamoró al FC Barcelona y quiso hacerse con sus servicios. Sin embargo en aquella época la FIFA ya estaba vigilando muy de cerca al club azulgrana por el fichaje de jugadores menores de edad. Se empezaron a producir las primeras amenazas de sanción y además se prohibió que aquellos jugadores que no reunieran las condiciones que el organismo requería entrenasen con el club, indican desde el citado medio.

Por ello, aunque el Barcelona ya había llegado a un acuerdo para que Pulisic pudiese entrenar en La Masía, su padre siguió buscándole nuevos destinos: "Su padre creía que en Estados Unidos no podría progresar más y por eso buscaba un equipo en Europa", explica Jordi Font, el entrenador del Alevín B por aquel entonces.

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Tras pasar varias pruebas en otros equipos, finalmente en enero de 2015 ingresó en las categorías inferiores del Borussia Dortmund. Un año después debutó con el primer equipo y en apenas dos temporadas se convirtió en uno de los referentes del equipo alemán despertando el interés de los grandes clubes de Europa, entre ellos el FC Barcelona, en cada partido que disputaba. Tras cuatro años en Dortmund, el Chelsea ha sido quien se ha llevado el gato al agua y cerró la incorporación del jugador por 64 millones aunque seguirá jugando como cedido en el conjunto alemán hasta final de temporada.

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