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El Burnley FC recibió al Fulham en la fecha 22 de la Premier League. El partido era muy importante para ambos, ya que necesitaban los puntos para reforzar su estadía en primera división: los locales sumaban 17, mientras que la visita estaba más al fondo, con 14.

El Burnley se quedó con los tres puntos del encuentro al imponerse 2-1. Lo más curioso del encuentro es que el equipo consiguió su victoria sin hacer ningún disparo a puerta. ¿Cómo es esto posible? La respuesta es simple: el Fulham tuvo la pésima fortuna de encajar dos goles en contra, "regalándole" el encuentro al rival.

El Fulham empezó ganando el partido con un gol de Schürle al minuto 2, pero tardó pocos minutos en hacer su propio arco. Joe Bryan tuvo mala fortuna al tratar de desviar un centro de Hendrick, colocando el balón en su propia puerta en el minuto 20. Algo muy parecido le pasó 3 minutos después a Denis Odoi, sentenciando el 2-1 final con un violento cabezazo en su propia puerta. Esas dos 'oportunidades' fueron las únicas dos jugadas 'de peligro' que tuvo el equipo local. Los visitantes fueron responsables de su humillante derrota, que los enterró en el fondo de la tabla. Su 58% de posesión y sus 4 tiros a puerta no alcanzaron para remediar la tragedia.

[youtube:https://youtu.be/N1xvm-W10Zk]

Un caso más que certifica el viejo dicho: "Los partidos no se ganan con méritos, se ganan con goles". Si la vara se midiese por merecimiento, el Burnley no debería haber ganado el partido. Por desgracia para el Fulham esa no es la realidad y ahora deben concentrarse en sumar más puntos para seguir jugando con los más grandes del fútbol inglés y no descender.