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En los pasillos del Monumental todavía siguen festejando la conquista frente a Boca que quedará, por siempre, en la memoria de los hinchas. De hecho, cuando los jugadores salieron al campo de juego, el primer canto que bajó de los cuatros costados del estadio fue "dale campeón, dale campeón".

Y, en cierto punto, ese fervor de los hinchas repercute en los jugadores. El comienzo de River en las competencias oficiales fue con el pie izquierdo. Luego de un primer tiempo en el que generó pocas chances y le marcaron en apenas un puñado de ataques, el equipo de Gallardo se vio impreciso y con un poco de resaca por lo conseguido en Madrid frente a su eterno rival. 

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"No hay que volverse locos", manifestó el Muñeco en conferencia de prensa luego de la derrota frente a Defensa y Justicia, en la reanudación de la Superliga. Sin embargo, en River saben que tienen que cambiar el chip cuanto antes y volver a enfocarse en los próximos objetivos que tienen: subir escalones en el campeonato doméstico, uno de los pagaré en la era Gallardo. Además, en pocas semanas debutará en la Copa Libertadores y luego tendrá el primer título en juego: la Recopa ante Atlético Paranaense.

El plantel es corto y la agenda de River es muy apretada. Es más, ya sin Maidana en el equipo, el técnico del Millonario tampoco pudo contar con su capitán, Leonardo Ponzio, quién necesita unos días más de descanso para ponerse en forma física tras la maratónica final contra Boca. Gallardo cuenta, hasta ahora, con el paraguayo Robert Rojas y Matías Suárez. Por eso, el Millonario debe dejar atrás lo conseguido frente a Boca y enfocarse en lo que se vendrá.