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No vamos a descubrir hoy quien es Marcelo. Seguramente, para los madridistas, es ya una leyenda del club. Desde su llegada en 2007, el rendimiento que ha ofrecido este futbolista es indiscutible. 

Pero el fútbol es presente. No te da prácticamente a disfrutar de los logros, no puedes vivir del pasado. Y esto es lo que le pasa a Marcelo a día de hoy. Ayer, el lateral brasileño fue titular por decreto y no por méritos esta temporada. Quizás Solari pensó que por experiencia, Marcelo debía jugar ese partido, pero la realidad es que lo debería haber jugado Reguilón

Suerte para el brasileño que Messi no fue titular ayer y que, cuando salió, lo hizo al 70%. Ayer a Marcelo le tocó bailar con Malcom y Semedo, los mejores del Barça en el clásico, e hizo un partido muy discreto. Pero el conjunto azulgrana identifico perfectamente dónde estaba el peligro, por la banda izquierda del Real Madrid. Con un Vinicius inocente aun en estos tipos de partidos y con un Marcelo desconectado en tareas defensivas.

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Es evidente que Marcelo siempre ha destacado mucho más por su proyección ofensiva que en tareas defensivas. Que si su equipo encajaba un gol, él daba tres. Pero esta temporada el balance es preocupante. En la presente campaña, el lateral del Real Madrid ha anotado 3 goles y repartido 2 asistencias en 21 partidos. Unos números bajos si los comparamos con otras temporadas.

Después del flojo partido de ayer de Marcelo, Solari debería replantearse su titularidad lo que resta de temporada. Si que es cierto que en los últimos partidos Reguilón venía jugando más. Pero en los encuentros importantes siempre aparecía Marcelo en escena otra vez. Pero, ya es una evidencia, si nos basamos en el nivel ofrecido del brasileño esta temporada y aplicamos el mismo criterio que con todos los jugadores, Marcelo debería dar paso a Reguilón lo que queda de campaña.

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Este fin de semana los de Solari tienen otra prueba de fuego. Visitan nada más ni nada menos que el Wanda Metropolitano. Veremos quien ocupa el lateral izquierdo... Si Solari aprendió algo, el brasilero debería quedarse calentando el banquillo.