Luxemburgo recuerda su paso por el Real Madrid y su bronca con Florentino

El avance de las nuevas tecnologías y las comunicaciones nos está permitiendo conocer cada día más al detalle el mundo del fútbol en base a estadísticas o análisis de expertos. Atendiendo a esto, actualmente podemos disfrutar de las opiniones y sensaciones de los mejores dentro de este mundo, los propios protagonistas, los jugadores, que gracias a plataformas como The Players Tribune, que permite a todo tipo de deportistas conectar directamente con sus fans a través de las palabras: "club de fans digital creado por los jugadores para los fans", como se autodenominan ellos mismos.

Evidentemente, si los jugadores tienen sus propias formas para estar en contacto con sus fans y compartir sus ideas, los entrenadores, la otra gran parte protagonista en cualquier club, también cuentan con su medio: The Coaches' Voice. Aquí todos los entrenadores de la élite del fútbol mundial publican sus propios artículos y podemos ver firmas como Diego Pablo Simeone, Gareth Southgate o el cántabro Quique Setién.

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Uno de los últimos grandes protagonistas en aparecer ha sido Vanderlei Luxemburgo, que ha escrito una carta titulada "El reloj de arena del Madrid" en la que el brasileño rememora su paso por el banquillo del club blanco y algunas de las experiencias que vivió. Su texto, que subtitula como "Solo seis minutos" se basa en su debut como técnico, que cuenta dentro del mismo, y aprovecha para recordar también su sonada discusión con Florentino Pérez, su salida del Real Madrid y el mensaje de Zinedine Zidane tras su despido.

Luxemburgo comienza contando brevemente cómo llegó a ser entrenador y cómo terminó en el Real Madrid, tras dirigir al combinado nacional de Brasil, en un secreto que nadie supo hasta que se encontró con sus compatriotas Roberto Carlos y Ronaldo en el avión que les llevaba a los tres a la capital española. "Con el Real Madrid tuve quizás el debut más curioso que jamás haya tenido un entrenador" es la primera frase de esta historia, que luego desarrolla explicando que su primer encuentro al frente del banquillo blanco fue la reanudación en el minuto 84, de ahí lo de "solo seis minutos", de un duelo ante la Real Sociedad que fue aplazado por una amenaza de bomba en el Santiago Bernabéu cuando iban empate a uno.

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El técnico brasileño cuenta lo extraño del encuentro y de la charla previa al encuentro: "En el vestuario, antes de saltar al césped, reuní a los jugadores. No se podía hablar mucho de táctica o de planteamientos. En tan poco tiempo no iba a ser posible desarrollar nada. 'Para ganar esto necesito que ustedes le hagan llegar el balón a Zidane y Ronaldo'. Sabía que Ronaldo y Zidane tenía esa calidad individual única para ganar un partido como ese. La grada sentía lo mismo". Y termina recordando que "Ronaldo agarró el balón y tras una jugada personal le hicieron penalti. Zidane marcó el gol".

Un año estuvo Luxemburgo dirigiendo el Real Madrid y su salida "se precipitó tras una discusión con el presidente, Florentino Pérez", asegura él mismo. Tras un partido ante el Getafe en el que ganaban 1-0 y retiró a Ronaldo para fortalecer la defensa después de una expulsión de Bechkam, el Presidente le llamó y le pidió explicaciones. Florentino Pérez no estaba de acuerdo con la decisión de su entrenador y le dijo: “Aquí no se puede hacer eso, tiene que dar espectáculo, los aficionados quieren espectáculo”. Finalmente fue despedido y en la carta reconoce que "con el paso de los años te das cuenta de que tal vez sin aquella discusión con Florentino Pérez habría seguido en el Real Madrid. Reconozco que fue una discusión innecesaria, en caliente. [...] Estoy seguro de que con tiempo habría conseguido el trabajo que quería realizar. Pero no lo tuve".

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Sin embargo, pese a su breve paso por la capital, que le llevó de vuelta a su Brasil natal, afirma mantener buenos recuerdos, sobre todo destaca el mensaje de Zinedine Zidane tras su salida: "Entrenador, es una pena que haya tenido que marcharse del Real Madrid. Aprendí mucho con usted. Me volvió a colocar en una posición con la que yo gané la Copa del mundo de Francia". Unas palabras que bien recuerda Luxemburgo pues para él son la garantía de que "al contrario de lo que se dijo en los medios de comunicación, yo no tuve ningún problema con ninguno de los jugadores".