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El presidente de Monarcas Morelia, Álvaro Dávila, puso el dedo sobre la llaga y abrió un debate escabroso. Según dio a conocer, dos posibles refuerzos del extranjero se negaron a jugar en su club por la inseguridad que vive el estado. La Procuraduría General de Michoacán y un ex jugador del equipo se pronunciaron al respecto y contradijeron sus dichos. 

Según comentó en conferencia de prensa, las noticias que llegan hacía afuera de Michoacán no son muy alentadoras e, incluso, se aventuró a revelar que una buena cantidad de sus jugadores han sufrido de extorsiones:

“Los comentarios que se hacen en el extranjero de la plaza, cuando en las noticias están las filas de las gasolinas, los bloqueos en las vías del ferrocarril, la inseguridad… nuestros jugadores, más de la mitad, han recibido extorsión, llamadas de extorsión y de algún otro tipo de circunstancias. Eso se sabe y sí nos ponen más trabas que otra plaza", declaró.

Y luego, afirmó que eso terminó por bajar dos altas que se veían ya muy cercanas para el equipo de Roberto Hernández:

"Esta vez nos afectó todo eso. Teníamos muy avanzadas las negociaciones, sobre todo con un centro delantero que juega en Paraguayy un defensa central que venía del fútbol europeo", puntualizó. 

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Expuesto el tema, la Procuraduría General de Justicia de Michoacán entró en escena y aseguró que no existen en lo absoluto denuncias sobre extorsiones o casos similares con respecto al club:

"Tras conocerse la declaración del presidente del equipo Monarcas, Álvaro Dávila, en el sentido de que más de la mitad de los jugadores han recibido llamadas de extorsión, el titular de la Unidad responsable de los delitos de secuestro y extorsión, aseguró que no existen denuncias", se lee en un comunicado difundido.

[youtube:https://youtu.be/Ek1mR25RHVc]

Horas después el Director de la Unidad del Combate al Secuestro en Michoacán, Rodrigo González, ahondó sobre las declaraciones de Dávila y se mostró sorprendido, ya que en el pasado los propios jugadores del equipo han colaborado en labor social con la Unidad:

"Creo que el señor Dávila no tiene conocimiento del acercamiento continuo que tenemos con los jugadores, en especial con el club (Morelia). Tenemos una muy buena relación, incluso sus jugadores han sido personas importantes para nuestras víctimas, nuestros sobrevivientes en temas de rehabilitación", comentó en entrevista con Futbol Picante de ESPN. 

Y es que, de acuerdo a González, la confianza con los futbolistas es tal que tienen todo el apoyo para denunciar este tipo de actos, lo que no ha sucedido:

"Ellos tienen la total confianza (los jugadores) de que en cualquier momento en que ellos se hubieran visto presionados en algún tema relacionado con el delito de extorsión, podrían comentarlo incluso de manera personal a un servidor, pero no tenemos ninguna denuncia en temas de extorsión en la que se encuentre relacionado ningún jugador del club Monarcas", sentenció.

Además, Carlos Guzmán, quien ha jugado una gran parte de su carrera en Morelia y recién en el invierno partió de Michoacán a Aguascalientes con Necaxa, negó que le haya tocado vivir una situación así a él y a las decenas de compañeros con los que compartió vestidor en el Morelos.

"Yo no salí por inseguridad del equipo. Soy buen amigo de Raúl Ruidiaz y te puedo asegurar que él tampoco se fue por eso", dijo. 

De igual forma Sebastián Sosa, actual portero del equipo, desestimó que existan situaciones de extorsión o inseguridad entre los miembros del actual plantel:

“No, la verdad que no me ha tocado en lo personal nada, ni he escuchado de mis compañeros tampoco. Yo la verdad estoy muy a gusto en Morelia, eso le comento a mi familia, a la gente que viene, que la verdad es una ciudad muy parecida a lo que es Montevideo, mi ciudad natal, entonces nos encontramos muy a gusto acá, muy bien, gracias a Dios, en lo personal y con los compañeros no hemos tenido algún tipo de esas situaciones", reveló.

Al momento, Álvaro Dávila no se volvió a pronunciar públicamente tras las declaraciones del Director de la Unidad del Combate al Secuestro y las de Guzmán y Sosa.