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La continuidad del malagueño en el proyecto del Real Madrid está en duda y a la espera de una decisión (quedarse o salir del club en verano) y mucho tienen que cambiar las cosas para que deje de ser así. 

Que Santiago Solari no cuenta con Isco no es nada nuevo, y que el propio futbolista no atraviesa su mejor momento, tampoco, pero el mayor problema le tiene el centrocampista, condenado al banquillo partido tras partido en el que debería ser un gran año.

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El técnico argentino llegó a finales del mes de octubre y desde entonces el papel del mediapunta ha ido perdiendo importancia de forma exponencial. Es cierto que de los diez partidos que ha dirigido Solari en La Liga, Isco ha participado en ocho, pero sumando tan solo 188 minutos, es decir, poco más de dos partidos completos. En la Copa del Rey hemos visto al malagueño mostrar su mejor versión en los últimos meses con dos goles en los cuatro partidos que ha jugado a las órdenes de su actual técnico.

Sin embargo, dentro del caso Isco lo importante es la falta de oportunidades, las ocasiones en las que el jugador ha sido el último cambio, o directamente ha regresado del calentamiento al banquillo, en un equipo en el que hace no mucho era una pieza clave. Una situación que afecta tanto al futbolista que le hemos visto hacer desplantes a la propia afición blanca y no solo a Solari si no a otros miembros del staff técnico durante los partidos. Un largo bache que está provocando que su rendimiento cuando aparece sobre el terreno de juego esté muy lejos del nivel normal de un futbolista que está entre los mejores del mundo en su posición.

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"¿Y ahora qué?" se preguntan todos, desde los aficionados hasta la propia directiva blanca, "¿qué hacemos con Isco?". El club luchó por traerse a una de las mayores promesas del fútbol español y por méritos propios se convirtió en un ídolo en el Santiago Bernabéu, pero ahora se encuentra en un momento en el que parece estar más fuera que dentro del equipo blanco. Desde dentro de la entidad consideran a Isco un gran jugador que debería quedarse en Madrid, pero la falta de confianza por parte de su técnico es la que genera mayores dudas.

Así que tanto el jugador, como el club y los aficionados estamos a la espera. Una calma tensa en la que cada semana sucede un encontronazo más entre el técnico y el futbolista que hace las delicias de los medios de comunicación, y en la que también encontramos a equipos rivales que buscan pescar en las aguas revueltas del Real Madrid. Pero, como digo, estamos a la espera de como se suceden los acontecimientos pues ya el pasado año el malagueño estuvo cerca de dejar Madrid y terminó ganándose de nuevo la confianza de Zidane, siendo incluso titular en la Final de la Champions League por delante de Gareth Bale. Por eso mismo lo único que nos queda es esperar.