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Una de las imágenes del fin de semana deportivo en Argentina se dio en los alrededores del Monumental, pero sin ningún tipo de relación con lo que más nos gusta a todos: el fútbol.

En plena previa del partido que debían disputar River Racing por la Superliga, un hincha de Boca salió a correr con la camiseta de su club a metros del estadio, y ante el repudio de los fanáticos Millonarios comenzó a hacer gestos provocativos.

Esto no cayó bien en uno de los simpatizantes riverplatenses, que decidió ir directamente a empujarlo. Allí ocurrió lo peor: un intercambio de trompadas entre uno y otro, que rápidamente fue separado por la policía mientras estaban en el piso.

"Me saco la remera, me saco la remera", reaccionó el hombre al incorporarse, enojado, y se quejó: "Agarralos a ellos que son los que me pegaron", mientras continuaba con su corrida sin la azul y oro puesta.

Hay dos lecturas para hacer sobre el tema: la primera es que no hay derecho ni a insultar ni a agredir a otra persona por el simple hecho de lucir los colores de otra institución.

Pero al mismo tiempo, y teniendo conocimiento del riesgo que conlleva en nuestro país pasar por la casa de tu clásico, en día de partido y con la camiseta puesta, no hay necesidad de hacer gestos y "comprarse un problema", por lo que la pelea era totalmente evitable.