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El Pro Piacenza, acarreando severos problemas económicos, se presentó “formalmente” con juveniles a disputar el partido frente al Cuneo por la tercera división italiana, para evitar la expulsión de la competición. ¿El resultado? Un calamitoso y humillante 20-0.

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El equipo, en huelga desde hace varias semanas, no se había presentado los tres partidos previos que significaron su descalificación. En caso de una cuarta incomparecencia, la escuadra hubiera sido expulsada (descenso administrativo) de la Serie C, según explicó la Gazzetta dello Sport.

Por dicho motivo, los directivos decidieron hacer “acto de presencia” sobre el campo de juego. Siete juveniles (el mínimo requerido para poder jugar) de las categorías 2000, 2001 y 2002 se hicieron cargo de la situación con hombría

Lamentablemente, los amateurs no pudieron hacer frente a futbolistas profesionales, mayores y en minoría. Finalizado el primer tiempo el marcador era un inclemente 16-0. Retomado el cotejo, de manera condescendiente, Cuneo se dedicó a hacer circular el balón y redondeo el resultado a 20 goles, sin ningún gol en contra. La historia, como era de preverse, se viralizó en las redes. 

Según varios medios italianos, uno de los masajistas del club habría jugado también varios minutos antes de salir del campo lesionado. Nicola Cirigliano con apenas 19 años fue inscrito en el acta del partido como entrenador.

El Pro Piacenza atraviesa una dura crisis económica; por ende, institucional y deportiva. El club debe más de500 mil euros a los empleados, insolvente de costear los salarios de los jugadores, cuerpo técnico y ya no cuenta con un plantel competitivo. Sin embargo, el club logró su cometido: se libró de la descafiliación por regla al menos por el momento.


Lo que pasó en Cuneo con Pro Piacenza es un insulto para el deporte y sus principios fundamentales”, dijo el presidente de la federación italiana de fútbol, Gabriele Gravina. “Nuestra responsabilidad es proteger a los aficionados...la credibilidad de nuestros campeonatos”, añadió quien aseguró que el “que acabamos de presenciar, en contra de nuestra voluntad, será la última farsa”.

El 11 de marzo, laFIGC decidirá sobre un escritorio el destino deportivo de la institución del Piacenza. El futuro no es alentador.