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Gareth Bale no está pasando por un buen momento en el Real Madrid. Esta vez no nos referimos a momento deportivo. Es cierto que el galés no está en su mejor estado de forma pero está activo de cara a puerta. Su mal momento es algo más relacional.

En el encuentro liguero ante el Levante se negó a seguir calentando y cuando salió y marcó rechazó celebrar el tanto con Lucas Vázquez. Ayer, en El Clásico copero tampoco calentó con demasiadas ganas. El futbolista parece no estar adaptado al vestuario y no pasar por su mejor momento social. Si a esto le unimos este dato que condena al futbolista en sus partidos ligueros ante el Barcelona en el Santiago Bernabéu, su suplencia podría ser la mejor opción.

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Gareth Bale ha jugado cuatro partidos de Liga con el Real Madrid, ante el FC Barcelona, en el Santiago Bernabéu. El resultado siempre ha sido idéntico: derrota. El galés parece tener cierto gafe en esta competición y en su feudo. Una estadística que Solari puede tener en cuenta, sumada a la superstición y a que una derrota significaría el adiós definitivo a la Liga. El dato que podría afirmar que es mejor que este sábado Gareth Bale no salte al terreno de juego.

Bale también ha sido decisivo en Clásicos y en finales, y es que no es jugador de arrugarse. En la retina de los madridistas perdura aquella carrera contra Marc Bartra en la que dejó al central, por aquel entonces culé, muy atrás. Hoy esos días, aunque con bello recuerdo para los blancos, parecen muy lejanos. Hoy todos miran más a la estadística negativa. Solari tiene la última decisión.