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Los duelos entre Real Madrid y FC Barcelona siempre han sido partidos muy calientes por la rivalidad histórica que les enfrenta como los dos clubes más laureados de España. Viendo el historial, era extraño que en dos partidos consecutivos no sucediese alguna acción criticable, algún gesto feo que desencadenase algo más que un cruce de miradas. La de ayer no llegó ni mucho menos a ser la vivida hace unos años cuando José Mourinho dirigía a los blancos, pero ante la falta de imágenes destacadas en forma de grandes goles, espectaculares paradas o jugadas polémicas, el cara a cara entre Leo Messi y Sergio Ramos ha cobrado protagonismo.

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El árbitro estaba ya a punto de señalar el tiempo de descanso cuando en la pantalla, junto al área que defiende Thibaut Courtois, aparece un jugador blaugrana tendido sobre el césped mientras el juego continúa. Tras unos segundos más, el colegiado decide parar el partido y al mismo tiempo hacer sonar su silbato para mandar a los jugadores a vestuarios. El jugador que está en el suelo es Leo Messi, se está quejando de un golpe en la cara y sus compañeros rodean al árbitro pidiendo explicaciones, mientras que los madridistas le reclaman que no se completó el tiempo añadido.

Al momento la realización pincha dos repeticiones de la jugada en la que Sergio Ramos intenta regatear al argentino elevando el balón y saltando para superar la entrada del '10'. El central blanco abre sus brazos cuando está en el aire en un gesto entre natural y voluntario que termina con el codo impactando en la cara del atacante culé. Lo siguiente que nos muestran es la reacción de Leo tras levantarse del suelo, encarándose al defensa andaluz.

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Sus frentes se juntan, los dos tienen esa cara que los hombres ponemos cuando estamos enfadados, ese gesto de "ven que te voy a explicar un par de cosas" y en los labios de Messi si lee perfectamente un: "La concha de tu madre. Sos un mala leche". Es en ese momento cuando el colegiado llega al lugar, separa a los futbolistas y les advierte. El argentino le muestra su boca lastimada y todos se van, cada uno por su lado, camino al vestuario.

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Justo cuando de nuevo el árbitro estaba cerca de hacer sonar el pitido final pudimos ver otra tangana cerca de una de las áreas de Santiago Bernabéu, pero no fue a más. El partido terminó, el FC Barcelona se llevó el triunfo y sentenció La Liga, al menos para los blancos, en un partido que se caldeó por momentos, como debe ser en un Clásico.