Skip to main content

Messi ha alcanzado tal nivel, que necesita muy poco para resolver cualquier encuentro. No hay más que recordar el encuentro frente el Sevilla hace dos semanas. Fue el héroe, anotó tres goles y dio el pase de gol de Luis Suárez, pero no jugó bien, no al menos como el suele hacerlo.

fbl-esp-liga-barcelona-rayo-5c850af9399f6a37fd000001.jpg

Contra el Real Madrid en los dos encuentros anteriores no estuvo desatado. Se le vio comprometido pero 'ausente', especialmente en el encuentro de Copa, como si estuviera descansando o reservándose para el verdadero objetivo: la Champions League.

Como si de un reloj se tratara, Messi cuenta los partidos como quien cuenta los minutos hasta el momento decisivo. Ayer contra el Rayo ofreció un poco más. No estuvo en modo ejecutor, como en el citado encuentro en Sevilla, pero fue el arquitecto de la victoria y organizó al equipo para asegurar los tres puntos.

Ya lo dijo en verano en la presentación del equipo, este año quiere la Champions League sí o sí. No le faltan motivos, lleva desde 2015 sin ganarla, y, de paso, sin ganar el Balón de Oro. Este año no hay Mundial, y se lo juega todo a una sola carta, llevarse la 'Orejona' en el Wanda Metropolitano. Para un jugador de su calibre, son muchos años sin catar la máxima competición europea y es en ese escenario donde lo va a dar todo, por mucho que haya otros títulos en juego.

fbl-liga-esp-real-madrid-barcelona-5c850ac4565cd61fc9000006.jpg

No lo demuestra de cara al público, pero las victorias del Real Madrid en Europa, y de Ronaldo (y Modric) en el Balón de Oro han herido su orgullo. Y en algo tiene razón, no puede ser que Messi, considerado por muchos como el mejor de la historia, un extraterrestre, acabe su carrera superado por Cristiano en Champions y empatado en el Balón de Oro. Sabe que, si quiere romper la balanza, tiene que darlo todo en Europa, y por eso despertará el miércoles. Ya lo verán.