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El regreso de Zinedine Zidane al banquillo del Real Madrid ha devuelto la ilusión al equipo blanco y a toda su afición. En el entorno de Chamartín veían un final de temporada gris, luchando por mantener sus opciones por entrar en la Champions League, y ahora sueñan con superar al Atlético de Madrid y poner en apuros a un FC Barcelona que lidera La Liga con 12 puntos sobre los blancos.

Realmente parece una locura que los blaugranas se vayan a dejar tal cantidad de puntos en estos once partidos que restan pero el precedente más cercano no va desencaminado. Hablamos de la temporada 2015-2016, cuando Zidane llegó al primer equipo madridista y los blancos también estaban a 12 puntos de los culés. Aquel año el Real Madrid le recortó 11 puntos en 10 jornadas al FC Barcelona y en la última, con el campeonato aún por decidir, pudieron haber dado la campanada si los azulgranas hubiesen tropezado en Granada.

"No estoy diciendo que vaya a ganar LaLiga, pero vamos a intentar ganar los once partidos que nos quedan" explicó Zidane en rueda de prensa. El técnico francés sabe como ilusionar a la afición y también a los jugadores para que estos últimos meses, que pintaban como un mero trámite para preparar el próximo curso, cobren un sentido mayor con un objetivo claro: ganar todos los partidos que restan e intentar repetir, o mejorar, lo sucedido hace cuatro campañas.

Es cierto que aquel curso aún quedaba un enfrentamiento directo entre Real Madrid y FC Barcelona, y este año no, pero cualquier partido puede ser un traspiés y más cuando los culés están decididos a levantar la Champions League. En Madrid prefieren no pensar en lo que haga su máximo rival y centrarse en su objetivo que es conseguir los 33 puntos que quedan por disputarse, ganar todos los partidos,"y a partir de ahí a ver que pasa...".