Skip to main content

Corrían 33 minutos de la primera etapa en Córdoba, donde River se imponía 1-0 ante Talleres con un gol de Nacho Fernández, cuando el propio zurdo se fabricó una infracción por la banda derecha pegado a la línea contra el defensor rival Enzo Díaz.

De repente, y mientras la transmisión oficial mostraba la repetición de la jugada, el relator del encuentro comenzó a gritar un gol, y a todos los espectadores nos pasó lo mismo: no entendíamos de qué se trataba.

Inmediatamente apareció el ex Gimnasia en escena gritando su conquista, y la repetición no dejó dudas: Fernández durmió a todos y clavó un tiro libre magistral para el 2 a 0 del equipo de Marcelo Gallardo, que comenzó a aplaudir por la avivada.

Todo ocurrió mientras el árbitro Silvio Trucco estaba anotando la amarilla a Díaz, futbolista de la "T" que había cometido la infracción, y al mismo tiempo que el arquero Guido Herrera les brindaba indicaciones a sus compañeros.

Según el exárbitro Miguel Scime el gol debió ser anulado, ya que según la regla 5 del reglamento de la IFAB 2018/19, el juez debe supervisar e indicar el reinicio de las acciones. En este caso no lo hizo, ni con la mano, ni con el silbato ni con la voz.

Poco le importará a Nacho Fernández y a todo el mundo River, que se consolida en zona de clasificación a la Copa Libertadores 2020.