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El FC Barcelona disputó un nuevo partido de Liga este sábado, en esta ocasión contra el colista Huesca. La ventaja acumulada en la competición regular permitió a Valverde guardar a sus titulares y tan sólo jugó Ter Stegen en la portería. El resto del once estuvo formado por la plantilla 'B' y algunos jóvenes que debutaron como Riqui Puig, Todibo o Wagué. Sin embargo, los blaugranas dieron una imagen que dejó bastante que desear y volvieron a demostrar que la gran asignatura pendiente del club es conseguir un fondo de armario competitivo.

Y es que el 'Txingurri' planteó un once en el que muchos de los jugadores no habían tenido minutos en toda la temporada y los mezcló con futbolistas del filial. Parecía un partido de pretemporada en verano en el que el entrenador da entrada a los menos habituales para decidir con quién se queda y quién será puesto en el mercado. Tampoco ayudó el sistema de cinco defensas. Tuvo mucha presencia y demasiada posesión y acabó con tres tiros a puerta en los 90 minutos.

El mejor de su equipo sin duda fue Dembélé, el único de los diez jugadores de campo que se puede decir que es más titular. El extremo viene de lesión y jugó 60 minutos a buen nivel. Pero de los demás muy pocas cosas. Especialmente malo fue el partido de Boateng. Una vez más perdido en el ataque, sin realizar apenas desmarques, sin proteger el balón. No le salió nada. Y es que estamos hablando de un centrocampista que en su momento fue reconvertido a delantero pero que no termina de acoplarse al juego del Barça. 

Además, jugadores que prometen para el futuro también dieron señas de no estar preparados todavía para ser importantes. Aleñà hizo un partido muy discreto y la gran perla Riqui Puig no dejó más que algunos destellos de calidad, pero es un jugador que todavía no está formado y al que le queda aún mucho recorrido. La buena noticia fue el debut de Todibo, que dejó buenos minutos y que contribuyó a que la portería se mantuviera a cero.

Esto en un partido intrascendente o un trámite como el que fue la visita al Alcoraz se puede permitir, pero lo cierto es que en toda la temporada Valverde ha tirado prácticamente de 14 jugadores porque ni siquiera confía en su equipo suplente. Tan sólo hay que ver las estadísticas de minutos repartidos. Ocho jugadores sobrepasan los 3.000 minutos mientras que otros seis están entre 2.000 y 3.000. El siguiente en la lista ya sería Samuel Umtiti con 998 minutos.

Así le ocurrió la temporada pasada, que acabó quemando a los titulares y pasando factura ante la Roma con aquel descalabro tras el 4-0 de la ida. Lo que les puede salvar este año es haber conseguido asegurarse la Liga tan pronto aunque todavía no son matemáticamente campeones, pero sacan 9 puntos al segundo clasificado. Pero lo más normal es que con 14 jugadores sea muy difícil optar a ganar las tres competiciones más importantes del curso y eso el Barça lo tiene que mejorar. Debe deshacerse de los Murillo, Boateng y compañía y fichar gente que realmente pueda dar un buen rendimiento.