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El fútbol es un deporte en el que los jugadores se deben de formar y superar cada día. Solo con entrenamiento podrán destacar y llegar a la élite. No obstante, hay ciertos futbolistas que nacen bendecidos. Una varita les ha tocado en los pies antes de empezar a tocar el balón y tienen una habilidad innata para hacer maravillas con el esférico. A veces esta habilidad es hereditaria entre padres e hijos. Esta es la única explicación que encontramos al ver jugar a Enzo Alves, el hijo de Marcelo que más nos recuerda a su padre, pues además de jugar bien al fútbol, tiene un peinado similar y utilizada el número 12.

Enzo es el capitán del Real Madrid. Los técnicos de la cantera blanca son conscientes de la perla que tienen por pulir y están trabajando con él para que continúe el legado de su padre. Él devuelve el trato con grandes jugadas y goles, como la que realizó en el torneo de Cotorruelos.

El 12 recibió el balón en la banda izquierda con un gran pase de vaselina. Controló el balón con el pecho y superó al primer defensor con un sombrero. Con el mismo toque de calidad, dejó sentados a la vez al segundo defensor y al portero rival. Solo ante la portería, terminó rematando a placer de cabeza.

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