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Se disputó un nuevo América vs Pumas, y los universitarios lo ganaron por un resultado de 3-0.

A pesar de que al cuadro de Miguel Herrera le hacen falta muchos jugadores, perder por tres goles ante tu eterno rival de ciudad nunca es algo bueno para el americanismo.

Los nuevos Pumas del español Míchel se vieron bien por momentos, pero una vez que el DT abrió la llave de los cambios, no paró y el juego se vio afectado a pesar de la victoria universitaria.

Lo bueno

Es realmente destacable que partidos como estos se jueguen en Estados Unidos, ya que todos nuestros paisanos que viven del otro lado pueden disfrutar la pasión de juegos como éste, aunque sea en calidad de amistoso.

En una línea completamente diferente, sirven para probar a la gente joven de los clubes y que los que normalmente no tienen minutos los puedan tener.

A pesar de ser un amistoso, la gente de Pumas siempre disfruta ganarle al América y más por marcadores abultados. Por momentos el cuadro de Míchel jugó muy bien a la pelota y se empieza a notar su mano.

Lo malo

Sí algo le gusta a Miguel Herrera y al americanismo es ganar, por lo que tres derrotas consecutivas en partidos amistosos es algo que sin lugar a duda no tiene contento al técnico azulcrema. Es verdad que le hacen falta todos sus jugadores de élite, pero un equipo como América no puede simplemente perder tres partidos seguidos.

Es entendible que en un partido amistoso se quieran probar nuevos jugadores y a gente joven, pero el técnico universitario exageró. Prácticamente cambió a todo del equipo por lo que los momentos buenos del juego terminaron relativamente rápido.


Lo feo

El árbitro central. No dejaba correr las jugadas y en muchas ocasiones se volvió el protagonista del juego. El primer penal a favor del equipo auriazul es sumamente rigorista, ya que Paul Aguilar tumba a Malcorra fuera del área, no dentro.

El error de Óscar Jiménez. Algo no digno de un arquero de primera división. Al América le urge la vuelta de Marchesín y mandar a Jimenez a la banca, pero de la sub-13.

Por último, los Pumas se tardaron más de 20 minutos en saltar a la cancha para comenzar el segundo tiempo, lo que sin duda causó el enojo de Miguel Herrera y de todo el América en general.