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Sin lugar a dudas, México ha demostrado que cuando juega en Estados Unidos es prácticamente local y esta Copa Oro fue un ejemplo de ello, pues fue el único equipo que fue capaz de llenar cada inmueble en el que se presentó, reuniendo un total de 375 mil 257 espectadores en los seis partidos. 

Ante Cuba, en el Rose Bowl de Pasadena, California, el Tri logró la asistencia más alta de la fase de grupos con 65 mil 527 aficionados, posteriormente frente Canadá en Denver, Colorado, asistieron un total de 52 mil 872 personas y finalmente contra Martinica hubo un total de 59 mil 283 espectadores en el encuentro sostenido en Carolina del Norte. 

En la siguiente fase rompieron su propio récord durante esta Copa, consiguiendo una entrada de 81 mil 995 aficionados en el NRG Stadium de Houston, Texas, cuando enfrentaron a Costa Rica y frente a Haití lograron otro lleno total en Glendale, Arizona, con 64 mil 128 presentes. Por último, la gran final disputada en el Soldier Field de Chicago, cumplió con otro lleno total, sumándole otros 61 mil 450 espectadores a la lista de la selección mexicana que pudo disfrutar del título junto a su afición. 

México demostró que Estados Unidos es su casa, pues incluso tuvo siempre mejores entradas que las conseguidas por Brasil en la Copa América, quienes estuvieron entre los 42 mil y 48 mil aficionados en la fase de grupos; asimismo el Tri quedó muy por encima del cuadro estadounidense en cuestión de asistencia, ya que la cifra más alta para los norteamericanos la registraron en la semifinal ante Jamaica, con un total de 28 mil 473 individuos, un número muy por debajo de la peor entrada de la escuadra mexicana.