Skip to main content

En la anterior entrega de "Equipos de época" era el Real Madrid 'Yé-yé' quien centraba la atención, el equipo que dominó España en la década de los 60 conquistando ocho Ligas y la Copa de Europa en una ocasión. Mientras tanto, en Italia, era el FC Internazionale Milano, comúnmente conocido como el Inter, quien brillaba sobre el resto con Helenio Herrera en el banquillo y Luis Suárez como líder sobre el terreno de juego.

El técnico franco-argentino es considerado uno de los mejores de la historia por todos los éxitos que cosechó a lo largo de su carrera, pero también por cómo cambió el fútbol. Herrera llegó a Italia en 1960 tras levantar dos Ligas con el FC Barcelona y comenzó a forjar un equipo que dos años después empezaría a dar sus frutos. El fútbol ofensivo que había profesado en España y del cual presumía no cuajó en su nueva casa y tuvo que dar un giro radical para erigir al equipo sobre la defensa, y por ello es considerado uno de los mayores promotores del 'catenaccio'.

5d38b23e35b9ad2165000001.jpeg

'El mago', como conocían a Herrera, no fue ni mucho menos el inventor de esta forma de jugar basada en una férrea defensa y una salida al contragolpe letal, pero seguramente fue quien mejor supo aplicarla para lograr el éxito. En su esquema de corte defensivo incluyó un libre, Armando Picchi, por detrás de la línea defensiva de cuatro hombres, un modelo  en el que luego se basaría el gran Franco Baresi, y liberó a su lateral izquierdo, Giacinto Facchetti, para que atacase sin riesgos.

Con la defensa fundamentada, necesitaba un hombre de contención en la medular que también fuese capaz de generar el juego del equipo y en 1961 firmó a Luis Suárez, que había conseguido el Balón de Oro con el Barça un año antes. Junto a él dos interiores veloces como Jair da Costa y Mario Corso, y dos delanteros que podían actuar como mediapuntas Joaquín Peiró y Sandro Mazzola. Éste era hijo de la leyenda Valentino, líder del Grande Torino que falleció, junto a sus compañeros, en el accidente aéreo de Superga en 1949.

5d38b21e88e761e5dc000001.jpeg

Además de un maestro de la táctica, Helenio era también un gran motivador, un hombre capaz de involucrar a sus pupilos en todos los esfuerzos ofensivos y defensivos de cada partido. En aquella época el fútbol no era, ni mucho menos, tan profesional como ahora y si afán por la disciplina le llevó a introducir las primeras dietas a sus jugadores y las concentraciones previas a los partidos para evitar las distracciones.

Con este equipo, esta forma de jugar tan clara y esa filosofía consiguió que el Inter se llevase el 'Scudetto' en 1963, 1965 y 1966. Del dominio nacional dio el salto al continente para procalamarse campeón de la Copa de Europa en 1964, destronando al todopoderoso Real Madrid de Di Stefano, Gento, Puskas y compañía, que había levantado los cinco primeros entorchados. El Estadio Prater de Viena fue testigo de cómo el temible equipo español caía por tres goles a uno con un doblete de Mazzola, héroe aquella noche.

Un año después, en 1965, y como locales, en el Giuseppe Meazza, ante el Benfica de Eusebio los 'interistas' se hicieron con su segunda Copa de Europa con el solitario gol de Jair da Costa. El equipo defensivo que había forjado Helenio Herrera pasaba a ser conocido como el 'Gran Inter' y se confirmaba como el mejor club del continente, y del mundo, pues logró también las consiguientes Copas Intercontinentales ante Independiente de Avellaneda.

Sin embargo, como todas las épocas de esta serie, la suya también tuvo su fin y fue en 1967 cuando apuntaban al doblete. En Lisboa, ante el Celtic de Glasgow que se presentaba como un equipo relativamente inferior, los italianos se pusieron por delante, pero los escoceses remontaron y se llevaron la Copa de Europa. Días después los 'neroazzurros' se jugaban el 'Scudetto' ante el humilde Mantova y un error del portero Sarti condenó a los suyos y fue la Juventus de Turín quien terminó llevándose el título.

celtic-save-5d38b18035b9ad39b4000001.jpg

Ese mismo año Herrera, el hombre que en una ocasión aseguró: "Muchos me creen omnipotente porque dicen que conozco todo. Eso no es verdad, jamás conocí el fracaso y estoy orgulloso de ello", tuvo que tragarse sus palabras. Cambió Milán por Roma, donde tan solo logró una Copa de Italia, y regresó al Inter en 1973, pero nada fue lo mismo. El 'Gran Inter' quedó en el pasado y nunca ha vuelto a brillar de la misma forma pese a que algunos, como José Mourinho y su 'Triplete' en 2010 se le acercaron.